11 de
Febrero. Aniversario de la I Republica Española
La República
9 de
Febrero de 2010
El primer intento republicano en la Historia de España
tuvo lugar en el siglo XIX, entre los años 1873 y 1874.
Fue una experiencia corta, de tan sólo once meses de
duración, y caracterizada por una fortísima tensión
política y social.
En el poco tiempo que duró la República, se sucedieron
cuatro presidentes diferentes, aunque durante este
tiempo se redactó la Constitución más avanzada de las
que se habían venido elaborando en España hasta
entonces.
Los antecedentes de la I República se sitúan en el final
del reinado de Isabel II, en 1868. El vacío de poder que
provocó el derrocamiento de la soberana lanzó, por
primera vez en España, la idea de una República, visto
el desgaste de la monarquía en aquellos instantes. Sin
embargo, el hueco de la jefatura del Estado fue ocupado,
momentáneamente, por el rey italiano Amadeo I. El
fracaso de su gestión provocó, en 1873, la actuación de
los líderes más izquierdistas para proclamar la I
República Española.
Los cuatro presidentes que ocuparon la jefatura del
Estado durante este período fueron Estanislao Figueras,
Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio
Castelar. Apenas unos pocos meses duraron cada uno de
ellos en este cargo, lo que demuestra la gran
inestabilidad política que ya se ha comentado con
anterioridad.
Sin embargo, se lograron algunos avances, como fue la
redacción de la Constitución de 1873, que puso en marcha
puntos como la separación de poderes (ejecutivo,
legislativo y judicial), a los que se añadía uno nuevo:
la relación entre los poderes, ejercido por el
presidente de la República. También aparecía, por
primera vez, el concepto de “Soberanía Popular”. Hasta
el momento, se había reconocido en diferentes textos
constitucionales la “Soberanía Nacional”. Pero no se
había llegado a dar ese paso primordial para el pueblo.
Sin embargo, quizá el punto más destacado en la puesta
en práctica de la Constitución y de la propia República
fue el Federalismo. Impulsado por Pi y Margall, se
reconocía esta forma de gobierno, de nuevo, por primera
vez en España. Ello era respuesta a las sucesivas
reivindicaciones regionalistas de algunas zonas del
país, como podían ser Cataluña y el País Vasco, y que
más tarde se traducirían en nacionalistas.
Lo que en principio iba a ser un acuerdo entre las
regiones para su gobierno federal, se llegó a convertir
en un auténtico caos territorial. Y es que el
Federalismo derivó pronto en el Cantonalismo. Queriendo
seguir el ejemplo de la Confederación Suiza, algunas
ciudades españolas se proclamaron cantones
independientes, como ocurrió en Sevilla, Cádiz o
Cartagena. Este último caso fue el más llamativo, ya que
fue el que más perduró en el tiempo. Incluso una vez
desaparecida la República, Cartagena seguía defendiendo
su independencia, aunque por pocos meses más.
Esta cuestión, entre otras, llevó a la República al
fracaso. La subida a la presidencia de Emilio Castelar,
de tintes conservadores, endureció mucho más la política
interior y favoreció el acercamiento a la Santa Sede.
Todo ello hasta que un golpe de Estado por parte del
general Pavía en enero de 1874 sepultaba,
definitivamente, la I República española. Menos de dos
años después, subía al trono Alfonso XII, con el que se
iniciaría un nuevo período en la Historia de España: la
Restauración Borbónica.