La que se cuenta en Sueños de libertad es una de esas historias que no estaban llamadas a ser, de esas que surgen del hilo. Cuando Carlos Algora (Almadén de la Plata, 1954) comenzó a escribir esta novela, pretendía recoger la experiencia de un sacerdote de su pueblo que vivió "una dramática historia de amor en tiempos de la II República y de la Guerra Civil, y que fue perseguido por las tropas franquistas", cuenta el autor. Algora decidió crearle al protagonista unos abuelos de ficción, a los que situó en Cádiz, en el periodo de las barricadas. "Investigando el Sexenio Revolucionario, encontré que era un periodo interesantísimo, con sucesos que apenas habían sido estudiados en profundidad, como las guerrillas republicanas, y que culminó con el asesinato de Prim, el primer magnicidio de nuestra historia.. Así que abandoné el proyecto y centré la historia en Cádiz", indica.

El escritor Carlos Algora

La provincia gaditana repite como escenario ficcional para Carlos Algora, que ya había escogido Conil y Zahara como fondo para desarrollar la trama de su primera novela, El rey de las almadrabas. Una coincidencia que no es ajena a la existencia de personajes revolucionarios, como Fermín Salvochea o Ramón de Calas. "Cádiz, como cuna de la libertad para España desde 1812 -prosigue Algora-, se convirtió en un bastión del republicanismo. Tras las barricadas de la Revolución del 68, se dieron las guerrillas populares en las sierras gaditanas y malagueñas, provocadas por el desencanto de muchos jornaleros que soñaban con la República y el reparto de tierras ".

Así, partiendo de unos planteamientos históricos poco conocidos, Carlos Algora ha intentado hacer "historia novelada, pero guardando también un equilibrio con lo que pudieron ser las vivencias de los personajes". Una historia que mezcla un triángulo amoroso, intriga "y sueños de libertad y justicia junto con otros de ambición y poder que, al contrario que en la novela, son los que terminan convenciendo al mundo", comenta el escritor.

Sueños de libertad se dieron también en el Madrid del XIX, adonde "el protagonista acude a hacer su doctorado y donde entra en contacto con el entorno bohemio de Bécquer, en la interesante etapa final de su vida, en un ambiente muy crispado por las tensiones políticas. Allí se verá envuelto, además, en la trama del asesinato de Prim, tan lleno de incógnitas que ha sido comparado con el de Kennedy..."

Con varios títulos de investigación histórica sus espaldas, Carlos Algora define el trabajo de sus obras de ficción como una "investigación creativa": "La novela es un cajón de sastre que te permite incluir de todo, imaginación, vivencias e investigación... Teniendo en cuenta que ya he escrito varios libros de corte académico, poder hacer esto es algo realmente gratificante".