Ateneo de Madrid. Palabras de Carlos París en el Acto "A
73 años del golpe de estado, Condena del franquismo y Justicia, Verdad y
Reparación de las víctimas”
UCR
Organizado por la Agrupación
Ateneísta “Juan Negín” y la Coordinadora para la Memoria Histórica y Democrática
de Madrid. Salón de Actos del Ateneo, 16 de julio de 2009
Ha dicho José Saramago, que si
queremos caracterizar a nuestro tiempo, habría que designarlo como la época de
la mentira. Y ciertamente la mentira, propalada desde los grandes poderes
económicos y los gobiernos a su servicio, no sólo ha establecido su siniestro
reinado, sino que, difundida por los grandes medios de comunicación, penetra las
mentes y las troquela en el engaño. Pero, además, en España semejante perversión
alcanza un sentido tremendamente perturbador. Hemos asistido a un falseamiento
radical de nuestra historia en el pasado siglo XX propalado por la larga
dictadura y aún vivimos sin que la luz de la verdad haya disipado plenamente las
tinieblas. El levantamiento contra el gobierno legítimo de la II República y el
aplastamiento de su florecer cultural, educativo, social, político, fue
presentado como una guerra de liberación y bendecido como una cruzada. Los
largos años de represión todavía son exaltados por destacados políticos como
una etapa de paz, de bienestar y desarrollo.
Afirmaba Hegel que la historia es el
auténtico juicio universal. La recuperación de la verdad en nuestra historia
debe ir unida al resplandor de la justicia. De la justicia que hay que hacer a
los que, como escribió bellamente Arthur London, se "levantaron antes del alba",
para combatir desde el pueblo, desde los pueblos de España, el fascismo que
amenazaba a nuestra civilización. Un fascismo que, universalmente condenado, no
lo ha sido en la versión que representó la dictadura franquista. Para hacer
justicia, también, a la larga resistencia, aun no suficientemente reconocida y
para rendir homenaje a quienes yacen todavía sepultados bajo la tierra que como
suya defendieron.
Algunos interesados o medrosos
pretenden que no hay que mirar al pasado o que no se deben "reabrir heridas".
Pero ¿qué camino se puede emprender sin reconocer nuestro pasado y sin ver a su
luz nuestra realidad actual? No es la amnesia una guía orientadora, sino una
rémora. Y ¿qué heridas más abiertas todavía que las llagas que afligen a una
sociedad ciega para su historia? Otras voces han descrito y lamentado nuestra
contienda como una guerra fraternal, entre hermanos, pero ¿qué hermandad se
puede invocar entre la violencia de los opresores y la resistencia defensiva de
los oprimidos? Aquellos que, como escribía Walter Benjamín, hay que reivindicar
en una "historia passiones”.
Sí, amigos, amigas, compañeros y
compañeras, luchemos por la verdad y la justicia y así recuperaremos las
posibilidades de un futuro mejor para nuestros pueblos.
*Carlos París es filósofo,
escritor y Presidente del Ateneo de Madrid |