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Compromiso para instaurar la Democracia Manifiesto por la III República Española
No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan Carlos «El Rey» |
Como consecuencia de la publicación del Compromiso por instaurar la Democracia-Manifiesto por la III República de Noviembre de 2003 y en especial a raíz del documento Regenerar la Democracia que desde UCR impulsamos en abril de 2004 y, mediante "La Propuesta Republicana", que presentamos en la III Jornada Republicana celebrada en Noviembre de 2004, se ha iniciado un debate que tiene por objeto mantener un foro de discusión, abierto y continuo entre los republicanos. Mediante esta fórmula de participación y elaboración colectiva esperamos que entre todos vayamos fijando las líneas básicas del futuro Estado Republicano que pretendemos y donde, con independencia de las diferentes opciones políticas, los republicanos nos sintamos identificados en un marco común de valores, de derechos y de libertades . La presente versión se corresponde a la que presentamos el día 16 de Abril de 2005 en el Acto celebrado en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y que ofrecemos a la ciudadanía para su debate y apoyo si procede. Las aportaciones y sugerencias que nos enviéis, se someterán a debate en las Jornadas Republicanas. La próxima está prevista para Noviembre de 2005. Puedes enviar tus aportaciones a: Correo |
Corresponde a los Estados
Generales aprobar, impulsar y desarrollar en creciente concreción, las líneas
maestras de la propuesta republicana que hacemos a la sociedad para que en el
seno de la misma se discuta y se asuma. Es decir se trata de que la III República
sea posible gracias a un proceso de preparación, elaboración y gestación. Es
lo que conocemos con el nombre de PROCESO CONSTITUYENTE.
Los
sentimientos, adhesiones y compromisos que se manifiestan de manera creciente en
apoyo del ideal republicano deben ir aterrizando ( si se pretende que éste sea
una realidad) y confluyendo en torno a una propuesta que pudiéramos llamar
desde ya Principios y contenidos
fundamentales de la Constitución de la III República. El debate en torno a
esta cuestión consigue- junto con el avance de la idea republicana- la cohesión
social en torno al proyecto de constitucional de la III República. La idea
central es que la República debe venir de la mano de una gran mayoría social
perfectamente implicada en el proyecto, sus contenidos y sus valores cívicos.
Es una mayoría ( la que buscamos) que sea transversal a las fuerzas políticas
y sindicales; a las fuerzas y colectivos culturales y a los distintos
imaginarios colectivos. La heterogeneidad de los múltiples constituyentes se
transforma en homogeneidad ( en absoluto rígida) mediante la participación en
el acervo constitucional.
Hemos venido
planteando que nuestra apuesta por la III República no se hace desde la
“asepsia programática” o desde la simple sustitución de la Jefatura del
Estado. Esto último, sin más, puede concitar apoyos y adhesiones inmediatos
pero sin garantía de futuro y sin capacidad para formar la masa crítica que
garantice la continuidad del proceso republicano. La III República debe irse
visualizando como la garantía de Derechos y Deberes, de Democracia en el más
amplio, profundo y radical sentido del término y desde luego como la encarnación
de la auténtica Modernidad.
Somos
conscientes de que pecamos de reiteración al insistir una y otra vez en la
ligazón del proyecto republicano a contenidos, valores, prácticas y métodos
sin los cuales nuestra propuesta sería flor de un día. El proceso
constituyente no sólo va conformando lII República sino también a los
republicanos y a las republicanas que la harán posible la mantendrán y la
extenderán. No hay República sin republicanos y republicanas. La Historia nos
enseña que los grandes cambios políticos, sociales y culturales van acompañados
de valores alternativos que conformas las nuevas instituciones y pretenden
incidir en las practicas sociales. La profunda transformación que supone la III
República no es tal sino crea también las condiciones para que surja el hombre
y la mujer nuevos, distintos y renovados. Esta característica de nuestro
proyecto republicano le imprime una nota específica de Cambio Cultural. Pero es
que- además-el mismo concepto republicano implica recoger, asumir y desarrollar
todas las propuestas que con carácter universal y acuerdo generalizado
(siquiera formalmente) constituyen los exponentes e hitos de las conquistas de
la Humanidad ¿Cuáles son los vectores que sometemos a debate para ir entrando
en la estructura de la futura Constitución republicana?
(
I )
Derechos y Deberes Fundamentales.
Los
Derechos Humanos
En el texto
constitucional deben figurar de manera nítida y pormenorizada los contenidos de
la solemne Declaración de Derechos Humanos del 10 de Diciembre de 1948 de las
NNUU. En la actual Constitución se recoge en el artículo 10 .2 “ Las normas
relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución
reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de
Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas
materias ratificadas por España”. Conviene mayor concreción y compromiso. Se
trataría en este caso en trasladar los artículos tal y como estos aparecen.
En la Carta de
la ONU que consta de 30 artículos son recogidos los derechos políticos y los
derechos sociales. Faltarían incorporarse (como articulado específico) los
derechos que se suelen denominar como de tercera generación: los derechos
medioambientales. No sólo porque añaden nuevos ámbitos de derechos humanos
sino porque –también- incorporamos al texto constitucional los grandes
compromisos y acuerdos internacionales sobre esta materia.
La relación de
derechos conlleva la de los deberes. En el texto constitucional deberían
recogerse con precisión los que dimanan del ejercicio de los derechos. Se trata
de señalar la idea de que cada derecho implica un correspondiente deber hacia
la sociedad.
La apuesta por
los DDHH (incluidos los medioambientales) significa también el respeto
escrupuloso al Derecho Internacional y a las Instituciones que lo representan,
sin menoscabo de aportar propuestas de cambio para que éstas mejoren
continuamente. La Constitución republicana de 1.931 aporta material suficiente
en este sentido. El respeto hacia la Sociedad de Naciones recogido en artículos
del citado texto constitucional es más que evidente.
La incorporación
minuciosa y pormenorizada de la legislación internacional y que es fuente de
Derecho debe ser uno de los ejes fundamentales del proyecto republicano. Y ello
permite además situar a la República en el centro de debate sobre la
Globalización y participación con otros Estados y Movimientos en buscar y
realizar respuestas a ese reto globalizador de carácter neo-liberal.
Y
en ese estado de cosas la Constitución republicana debe contener los
principios, definiciones y vectores de una concepción europea plenamente
estructurada por los principios, valores y contenidos de una Europa totalmente
concorde con las grandes ideas que produjeron los proyectos de emancipación y
liberación. Una Constitución republicana y por ende profundamente democrática
no puede sustraerse al reto que los tiempos demandan.
En consecuencia
con las tres generaciones de DDHH la futura Constitución debe garantizar junto
con los derechos políticos, los derechos sociales que de manera sucinta podríamos
representar en el siguiente polinomio:
Sociedad de
Pleno Empleo- Desarrollo Sostenible- Reducción de la Jornada Laboral- Protección
Social Plena.
Y en
concordancia con lo anterior el protagonismo, la responsabilidad y los
compromisos de los Poderes Públicos de la República deben quedar nítidos y
reglados.
(II)
Compromiso con la Paz
El precedente
del artículo 6º de la Constitución republicana de 1.931 es para nosotros una
referencia de carácter imperativo. La renuncia
la guerra como instrumento de política sitúa a la diplomacia, el diálogo
y la erradicación de las causas de los conflictos armados en el centro de la
actividad política. Pero además, induce y potencia los valores alternativos a
los de la confrontación y la exaltación de cierto tipo de patriotismo
violento, agresor y militarista. La idea central que debe recorrer toda la
propuesta republicana es que la Seguridad no
es una cuestión militar sino civil. La Seguridad implica la Justicia
distributiva, el desarrollo sostenible, el bienestar social y una nueva fase en
las relaciones internacionales. Ni que decir tiene que el rechazo a la Guerra
preventiva, tanto en su versión USA como en la versión UE es total.
Todo lo
anterior conlleva una nueva concepción de la política de Defensa en España.
Se trata pues de abordar dicha cuestión en todas sus dimensiones: económica,
industrial, profesional, etc. Ni que decir tiene que la III República deberá
realizar una política de desvinculación progresiva del Vínculo Atlántico en
favor de la pertenencia a organismos supranacionales que transformen la
actividad castrense en intervenciones humanitarias de prevención, interposición
e intervención.
Esta cuestión
es peliaguda en tanto que se sitúa en un terreno internacional nada proclive a
esta posición. Sin embargo la futura Constitución debe recoger tanto los
principios como la obligatoriedad de actuar permanentemente en ese sentido. Una
obligación evaluada constantemente, tanto por las Cortes Republicanas como por
los mecanismos reglados de intervención y participación ciudadana que en su
momento se explicitarán.
Todo lo
anterior supone una nueva concepción de los ejércitos y sus roles. Se trata de
que sin excluir totalmente la tarea de una Guerra de estricta Defensa podamos ir
caminando a unos nuevos roles de las FFAA, con otro tipo de cultura castrense
totalmente ligada a los principios y valores que rigen una sociedad democrática.
(III)
Una República Federal
La propuesta de
Estado Federal Republicano tiene en España una honda e importantísima tradición.
Desde Eliseo Reclus hasta Pi y Margall la propuesta federal hundía sus raíces
en dos características específicas de nuestra Historia:
1ª.- La
existencia durante siglos de varios reinos en la Península Ibérica. Reinos que
no eran todos cristianos ni hablaban lenguas romances. Las distintas fases y
organizaciones del poder de Córdoba, los Taifas, Almorávides Almohades,
Benimerines y Nazaríes han marcado de manera singular nuestra historia
colectiva. De tal manera esta ha sido así que autores como Menéndez Pelayo han
centrado la “ Unidad de España” en el Catolicismo; y esto ha tenido, y
sigue teniendo consecuencias.
2ª.- La
especificidad de la organización político-social de Castilla y los Reinos de
la Corona de Aragón junto con el carlismo subyacente o visible han obligado
durante siglos a pactos entre la Corona y “sus reinos”. El sentir
“nacional” unitarios vino de la imposición de la dinastía borbónica con
Felipe V. Los intentos “unitarios”en torno a un proyecto común han venido
siempre desde la asimilación de España a algunas de sus partes. Sería
importante que algún día se volviese a leer la obra de Valentí Almirall.
Pero además y
como producto de nuestra atipicidad, no debemos olvidar que en nuestros lares la
atomización, el espíritu aldeano, la política de campanario circunscrita al
municipio propio tiene una larga y aún presente tradición.
Ombliguismo
localista y centralismo uniformador e impuesto, son los extremos pendulares de
una historia reiterada hasta la saciedad. Aquellos que intentaron-siquiera tímidamente-
aplicar ciertas dosis de racionalidad y modernidad no vieron sus esfuerzos
coronados por el éxito. No olvidemos aquí tampoco el papel de la Iglesia Católica
en la formación y desarrollo de ambos extremos.
En consecuencia
nuestra propuesta republicana federal debe ser un intento positivo de acertar a
exponer, ilusionar y racionalizar la superación de las constantes tensiones en
esta cuestión. Pero ello conlleva un período de reflexión y debate ciudadano(
a ras de tierra) en el que la idea de constituir “unidad federal” sea la
central y determinante. Es un debate doble: entre las ciudadanía y entre los
pueblos del Estado Español. Cuestiones como Simetría o Asimetría deben perder
la carga de tensión que conllevan y enfrentarlas a la realidad cotidiana;
despojarlas de tremendismo y constrastarlas con el desarrollo del Estado de las
Autonomías actual.
Conservan todo
su valor las reflexiones y propuestas de PÍ y Margall en torno a su Pacto
Bilateral y Sinalagmático.
Una propuesta
federal en el siglo XXI y en el marco de la UE debe tener presente varias
cuestiones:
a)
El Estado federal es hijo del acuerdo y la voluntad libre reflejados en
un texto constitucional.
b)
En dicho texto deben recogerse con claridad las atribuciones,
competencias y financiación de las mismas de cada una de las tres
administraciones que componen el Estado: la
Federal, la de las federaciones o Estados federados y la Local
(Ayuntamientos sin Diputaciones que desaparecían).
Así
mismo debe quedar clara la jerarquía ejecutiva,
normativa, legislativa y judicial entre las los tres poderes que gobiernan cada
Administración.
c)
El Estado federal no es completo si no recoge en su Constitución el
Derecho de Autodeterminación.
d)
Y junto a estos principios hay que situar con carácter de línea
preferente de actuación y de relación entre las administraciones del Estado la
aplicación del PRINCIPIO DE SUBSIADIARIDAD.
(IV)
Democracia Radical
La expresión
Democracia Radical es en el fondo una obviedad. Lo que ocurre es que son tantas
y tan degradadas las aplicaciones históricas y actuales que se necesita un
refuerzo lingüístico para indicar que pretendemos desarrollar hasta sus últimas
consecuencias el concepto Democracia.
Y al
desarrollarlo nos encontramos ante un universo de contenidos, formas y
aplicaciones que conduce-si queremos ser consecuentes- a caminos, mecanismos y
prácticas nuevas y, en consecuencia, conflictivas con el Poder y nuestras
propias prácticas asumidas y asimiladas.
Es evidente que
al desarrollar la Democracia en el sentido que apuntamos, estamos ante un
proceso en el que el ciudadano-ciudadana van beneficiándose de cambios y
transformaciones tanto en sus actitudes como en sus valores. En consecuencia
planteamos una serie de propuestas en los distintos ámbitos de la sociedad:
1.
Ley Electoral estrictamente proporcional con un Colegio Nacional de
Restos.
2.
La circunscripción para las Elecciones Generales y Autonómicas será la
Comunidad Autónoma.
3.
El Senado se transforma en Cámara territorial. Desaparece como cámara
de segunda lectura.
4.
La Moción de Censura se aplicará tras un debate y requerirá la mayoría
absoluta.
5.
Los Ministros podrán ser censurados y revocados tras el pertinente
debate y votación.
6.
El Fiscal General del Estado, el Presidente del Consejo de RTVE y otros
organismos y entes serán elegidos por el Congreso de los Diputados
7.
El actual desarrollo de la Inmunidad Parlamentaria debe hacerse más
restrictivo.
8.
Se legislará para impedir la concentración de Medios de Comunicación
en una o pocas manos (Ley anti-Trust).
9.
Se aplicará un Código Ético del Cargo Público.
10.
La figura del Defensor del
Pueblo debe ser sustituida por un Consejo Ciudadano Federal con capacidad para
intervenir en los debates, emitir informes que deberán ser respondidos antes de
poner en marcha cualquier Ley.
11.
Los medios de comunicación
de titularidad pública se diferenciarán en su programación, estilo, y
accesibilidad de los ciudadanos de los de titularidad privada.
12.
Todas y cada una de estas medidas y otras en el mismo sentido se aplicarán
a las demás instituciones y ámbitos de las demás administraciones del Estado.
13.-
En los planes de Enseñanza deberán introducirse materias y asignaturas de índole
cívica y de conocimiento del funcionamiento de las instituciones democráticas.
Estas asignaturas y materias tendrán un profesorado preparado y titulado para
tal fin. Estas materias formarán parte del currículo obligatorio para el
alumnado.
14.-
Las instituciones incentivarán (mediante normas y reglamentos) la Participación
Ciudadana en todos los ámbitos y terrenos. Los Consejos Ciudadanos tendrán un
papel decisivo.
15.-
La revocación de cualquier cargo público puede realizarse a iniciativa popular
y ciudadana con los requisitos y garantías marcadas por Ley.
16.-
El
Referéndum será Vinculante.
17.-
La Iniciativa Legislativa Popular necesitará de menos requisitos para coronar
sus objetivos políticos.
(V)
Un Estado laico
La Laicidad del
Estado y de las Instituciones quedará recogida con claridad en el texto
constitucional y será mantenida en todas y cada una de las instituciones. La
separación del Estado de todas y cada unas de las distintas confesiones
religiosas debe impregnar las actividades de todo tipo. Para mayor precisión es
conveniente fijar cara al debate las características que conforman nuestra visión
de la Laicidad.:
1ª)
La Laicidad se apoya en dos pilares: la Ética; en sí misma libertad absoluta
de conciencia, y el status cívico; que define la separación de las Iglesias
del Estado.
2ª)
La Laicidad establece estrictamente la diferencia entre dos universos distintos:
el interés general y la convicción individual.
3ª)
La Laicidad garantiza la existencia de una sociedad en la que
la paz social no excluye, sino muy al contrario potencia, asume e impulsa
el abigarramiento cultural producto de la coexistencia en relación permanente
de culturas diversas.
4ª)
La Laicidad es regla de vida en una sociedad democrática.
5ª)
La Laicidad es explícitamente consustancial con la República.
6ª)
La Laicidad impone que al Ser humano le sean dados, sin distinción alguna todos
los medios necesarios para que sea él mismo, libre de sus compromisos,
responsable de su desarrollo y dueño de su destino.
7ª)
El Humanismo laico reposa sobre el principio de la libertad absoluta de
conciencia.
8ª)
La Libertad de espíritu consustancial con la Laicidad es la Emancipación más
allá de la consideración de todos los dogmas derecho a creer o no creer en
Dios; autonomía del pensamiento frente a cualquier obligación religiosa, política
o económica; liberación de los modos de vida referentes a los tabúes, las
ideas dominantes y las reglas dogmáticas.
9ª)
La Laicidad dirige todos sus esfuerzos para liberar a la infancia y a los
adultos de todo aquello que les aliene o pervierta su pensamiento, especialmente
de las creencias atávicas, los prejuicios, las ideas preconcebidas, los dogmas,
las ideologías opresoras, las presiones de orden cultural, económico, social,
político y religioso.
10ª)
La Laicidad sostiene desarrollar al ser humano en el marco de una formación
intelectual, moral y cívica permanente, en el espíritu crítico y en el
sentido de la solidaridad y la fraternidad.
11ª)
La Libertad d expresión es el corolario de la libertad absoluta de conciencia.
12ª)
La Ética laica reposa sobre los principios de la tolerancia mutua y el respeto
hacia los demás y al de uno mismo. Es esencial para la construcción de la
armonía social y el fortalecimiento del civismo democrático. Tiende a
instaurar, más allá de las diferencias ideológicas, comunitarias o
nacionales, una sociedad humana, favorable al completo desarrollo de todos,
sociedad de la que serán excluidos toda explotación o condicionamiento del
hombre por el hombre, todo espíritu de fanatismo, odio y violencia
13ª)
El rechazo al racismo y a la segregación en todos sus formas es
inseparable del ideal laico.
14ª)
En una sociedad laica el único medio de desarrollo social es la integración
(diferente a la asimilación), la participación de todos en una colectividad de
ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes. Los únicos grupos sociales
aceptables reposan sobre la alternativa, la libre pertenencia y la apertura.
15ª)
La Ética laica conduce inevitablemente a la Justicia Social: Igualdad de
derechos, igualdad de deberes, igualdad de oportunidades. La instrucción laica,
la escuela, el derecho a la información y el aprendizaje
de la crítica son las condiciones de esta igualdad.
16ª)
El principio de este status cívico, jurídico e institucional es simple. Reposa
sobre la clara distinción por cada ciudadano entre la esfera pública y la
esfera privada.
17ª)
La separación de las Iglesias y el Estado es la piedra angular para la
laicización de la sociedad. Ella no podrá sufrir excepción, modulación ni
ajuste. Su totalidad, su integridad, son la condición para su propia
existencia.
18ª)
La Laicidad es una regla de juego. La laicidad es una noción que reposa sobre
los principios humanistas forjados durante el curso de la historia. Ella es una
fuerte afirmación de sentido y de valor al servicio de la libertad individual.
La Laicidad es la más segura garante de la paz civil. Ella porta en sí misma
una moral personal y una ética
social. Ella es acción, voluntad, resistencia; resistencia a la comodidad de la
renunciación y al confort del pensamiento único.
Un
Valor republicano: la Austeridad
La
Austeridad como eje del funcionamiento de las Administraciones públicas
significa un ejemplo contra el derroche, lo superfluo y la desidia ciudadana. La
Austeridad es una racionalización objetivos y medios. Austeridad significa
transparencia en las cuentas públicas y combate a la evasión fiscal,
revalorización y cuido de lo público. La Austeridad entendida como sobriedad
en lo accesorio y abundancia de recursos bien administrados para las necesidades
es una virtud que debe recogerse en los premios, galardones y reconocimientos públicos.
Austeridad y Derechos Medioambientales son las dos caras de la mima moneda.
NOTA
FINAL
Quedaría
para un ulterior debate el papel, las funciones y método de elección del
Presidente de la República.
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