Unidad Cívica por la República  

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Compromiso para instaurar la Democracia.

    Manifiesto por la III República Española  

 

  No consiento que se hable mal de Franco en mi presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


La propuesta republicana  

Como consecuencia de la publicación del Compromiso por instaurar la Democracia-Manifiesto por la III República de Noviembre de 2003 y en especial a raíz del documento  Regenerar la Democracia que desde UCR impulsamos en abril de 2004 y, mediante "La Propuesta Republicana", que presentamos en la III Jornada Republicana celebrada en Noviembre de 2004, se ha iniciado un debate que  tiene por objeto mantener un foro de discusión, abierto y continuo entre los republicanos. 

Mediante esta fórmula de  participación y elaboración colectiva  esperamos que entre todos vayamos fijando las líneas básicas del futuro Estado Republicano que pretendemos  y donde, con independencia de las diferentes opciones políticas, los republicanos nos sintamos identificados en un marco común de valores, de derechos y de libertades .

La presente versión se corresponde a noviembre 2006, tras recoger ideas y propuestas en el debate que desde UCR venimos suscitando tras la  presentación de la Propuesta Republicana en  las  conferencias y coloquios que estamos  programando en múltiples localidades españolas.  El proceso de recopilación y redacción ha estado a cargo de la Comisión al efecto se constituyo en UCR y que está dirigida por  Julio Anguita.  Desde la Página de UCR  ofrecemos a la ciudadanía la posibilidad de continuar su debate y apoyo si procede.

Las aportaciones  y sugerencias que nos enviéis,  se someterán a debate en las Jornadas Republicanas. La próxima está prevista para Noviembre de 2007. Puedes enviar tus aportaciones a:  Correo  

 

HACIA LA TERCERA REPÚBLICA

La propuesta republicana.- Guión de trabajo. 

(Presentada por Julio Anguita en Córdoba el 22 Abril del 2006)   Edición anterior de la Propuesta Republicana 

 

            Constatamos que: 

1.      Cada año crecen en progresión geométrica los actos públicos, conmemoraciones, estudios, jornadas y celebraciones de toda índole que tienen como objeto reivindicar la memoria de la II República. 

2.      Las actividades en torno a la Recuperación de la Memoria Histórica han servido para incentivar la  atmósfera proclive a esta serie de acontecimientos centrados en la proclamación y vicisitudes de la II República y de paso también de la primera. 

3.      Podríamos fechar la evidencia del aumento de actividades filo-republicanas en la década de los años noventa. En ella van coincidiendo tres corrientes de personas y grupos que se sienten convocados por un sentimiento y una identificación republicanos: 

a)     Quienes nunca abandonaron ni abjuraron de sus convicciones republicanas. Personas y pequeños colectivos casi clandestinos: ARDE, URI, etc. Como excepción y presencia específica en el ámbito de la política institucional señalamos  a Izquierda Republicana (en el seno de IU hasta hace poco) y a Esquerra Republicana de Catalunya. En la actualidad  Unidad Cívica por la República (colectivo cultural organizado en España) tiene presencia activa).

b)     Aquellos y aquellas que siendo defensores de la propuesta republicana por estar la misma explícita e implícitamente en su militancia partidaria obviaron y aplazaron esta reivindicación inherente a la Izquierda como consecuencia de los avatares de la Transición.

c)      Una parte de jóvenes que de manera significativa se acercan con ilusión y curiosidad a lo que la palabra República y la bandera tricolor tienen de convocatoria para ellos. 

4.      A la par que esto sucede han surgido dos operaciones culturales y políticas que difiriendo en sus métodos, protagonistas y lenguaje tienden a un mismo fin: La república es cosa del pasado. La primera de ellas está protagonizada por pseudo-historiadores y analistas livianos que imputan a la II República el origen del golpe fascista encabezado por Franco y sostenido por la Iglesia, el Capital y la derecha política española. 

              La segunda  tiene su fundamento en el discurso del Presidente del Gobierno acerca de la necesidad de virtudes cívicas republicanas, perfectamente encajables en la Constitución de 1.978 ya que ésta se inspira en la de 1.931. 

              Mención específica merece el Manifiesto “Con orgullo, con modestia y con gratitud”. Se trata de un magnífico texto que reivindica sobre todo el enorme esfuerzo hecho por la II República en relación a la cultura y el pensamiento. Sin embargo deja la impresión de que aquello no tiene continuidad. No es un texto para la iniciativa y la acción sino para la nostalgia. Y naturalmente en el marco del 75 aniversario. 

A modo de Introducción. 

El guión de Ponencia tiene como objetivo  exponer y plantear para el debate y sus consecuencias en la práctica una propuesta política: construir la III República española. Y en función de este objetivo queremos hacer una serie de precisiones que lo vayan concretando y perfilando. 

1.       La primera y segunda Repúblicas son para nosotros unas referencias históricas indispensables para marcar el hilo conductor del pensamiento republicano así como para recoger y actualizar aquellas aportaciones y propuestas que sirvan para este siglo XXI. Queremos decir que la mayor parte de nuestro esfuerzo debe dedicarse al hoy y al mañana. 

2.       En consecuencia la III República española  no es otra cosa que el marco económico, social, político, cultural e institucional con que el que los ciudadanos y ciudadanas de la República se dotan libremente y por el que se consienten para afrontar los problemas y sus soluciones. 

3.       Por tanto el proyecto republicano no debe ser encasillado en función de la terminología  referida a espacios en el espectro político. Y no sólo por evitar debates  marginales y desenfoques programáticos sino también para darle a la palabra República una entidad de propuesta que la haga más accesible y llamativa. La República es un modelo  de sociedad total e integrador en ámbitos y parámetros totalmente conformes con las aspiraciones expresadas en los grandes documentos y acuerdos internacionales que han recogido la lucha secular por la Igualdad , la Libertad y la Fraternidad. 

4.       Por tanto la III República se define por la capacidad  y la entidad de su propuesta. Una propuesta que se hace a la ciudadanía, a los colectivos en los que ella se organiza a fin de que se incorporen para construirla. Estamos pues ante una propuesta política que recaba la participación activa  de los ciudadanos y ciudadanas para que tanto una como los otros y otras vayan realizándose en un marco nuevo. En definitiva la III República no viene; se trae construyéndola.                     


La III República española                  

Desde nuestro punto de vista la propuesta republicana del futuro tiene que abordar dos retos muy importantes: los contenidos de su propuesta y el método para desarrollar el consenso en torno a ellos. Advertimos que cuando utilizamos la palabra consenso  nos referimos a aquella propuesta que concita en torno a ella un apoyo social mayoritario en virtud de su entidad pero también en función de que los valores, actitudes y comportamientos en torno a la misma son hegemónicos en la sociedad. En consecuencia, planteamos a continuación tres bloques de contenidos: 

A. Ejes y contenidos de la Constitución de la III República española.

B. El Proceso Constituyente

C. Algunas propuestas concretas e inmediatas

Bloque A                  

Desde nuestro punto de vista son 7 los ejes que vertebran la alternativa republicana. Pasamos a relacionarlos y desarrollarlos con brevedad a fin de que sean enriquecidos y pasen a formar parte del acervo común de estas jornadas.

 I)                    Las tres generaciones de Derechos Humanos. 

   Una constitución del siglo XX debe incluir en su articulado como parte esencial la solemne Declaración de DDHH de la ONU de 10 de Diciembre de 1.948. En ella se especifican los llamados derechos de la primera y segunda generación: los políticos y los sociales así como- y en su artículo 28- la facultad de cualquier ser humano de incidir, preocuparse y demandar soluciones para cualquier lugar del planeta; es una base fundamental para poder establecer las relaciones de un internacionalismo humanitario y transformador. Esta declaración fue desarrollada en 1.966 con carácter vinculante para los signatarios, mediante el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. En España entró en vigor el 27 de Julio de 1.977. En ellos se desarrollan los compromisos de los Gobiernos y se incluye- entre otros derechos- el de Autodeterminación de los pueblos.

    En la actualidad hay un debate y una acción socio-cultural importante para incorporar a las dos anteriores generaciones de Derechos Humanos los Derechos Medioambientales. Las declaraciones y acuerdos sobre Medio Ambiente son abundantes en las NNUU pero no han tenido el rango que confiere la Declaración de DDHH. Es una lucha que debe intensificarse. 

  Es cierto que en vigente Constitución de 1.978 y en Título I se incluyen contenidos sociales de lo que se llama Derecho tuitivo y que en su artículo 10 se afirma que se incorporan al Derecho español y a la Constitución aquellas declaraciones y acuerdos sobre DDHH. No obstante la propuesta que hacemos es que se incorporen en su totalidad, añadiendo  partes sobre los derechos medioambientales con carácter vinculante y mayor precisión en su  articulado. Para mayor rigor sería conveniente reflexionar sobre este apartado teniendo delante un texto de la solemne Declaración de 1.948 y otro del Pacto Internacional que los desarrolla.

    A modo de concretar en propuestas que expliciten objetivos claros y necesarios proponemos un polinomio que formulamos así: SPE+ RT+ DS+ PSP + FP y en el que:

    SP es Sociedad de Pleno Empleo y ocupación

    RT es disminución de la jornada laboral y reparto del trabajo

    DS es Desarrollo Sostenible según la primitiva formulación que negaba el concepto de Crecimiento Sostenido. 

   PSP es Protección Social Plena 

   FP es Fiscalidad Progresiva 

   Recomendamos tener en cuenta a la hora de precisar en un texto constitucional determinados instrumentos públicos para coadyuvar a esta tarea el artículo 44 de la Constitución republicana de 1.931.

  II) Democracia Radical y Participativa 

Plantear la expresión Democracia Radical es, en el fondo, una obviedad. Tanto en sentido etimológico como en el de la racionalidad más estricta la Democracia o es radical o no lo es. No obstante la degradación del concepto en su aplicación a lo largo de la Historia y especialmente desde la Revolución francesa así como la penuria sobre su desarrollo en la actualidad (la democracia demediada), nos lleva a recalcar esta adjetivación. 

Cuando planteamos la radicalidad no sólo lo hacemos para indicar que el concepto debe profundizarse en la práctica hasta llegar en sus últimas consecuencia a lo que ha convenido en llamarse Democracia Participativa sino que también se hace in extenso; es decir, el concepto Democracia se refiere también a aquellas otras parcelas que le han sido sustraídas: la Economía, la Cultura, la Política en todas sus ámbitos, el funcionamiento de las Instituciones, etc. 

La Radicalidad democrática somete a sus decisiones aquellos campos que el Pensamiento Único ha desligado de la decisión del Soberano mediante la sacralización y posterior independencia  de tres conceptos: el Mercado, la Competitividad y el Crecimiento Sostenido.

Es obvio que estas propuestas necesitan de desarrollos concretos no sólo en el marco institucional sino también en el conjunto de derechos  y deberes ciudadanos inscritos en los ámbitos de participación. Más adelante aparecerá un listado de propuestas sobre esta cuestión. 

Sin embargo no quisiéramos pasar a otra cuestión sin aclarar cual es la ideal central que guía nuestra propuesta. Referirla, siquiera sea someramente, ayudará a moverse con mayor comodidad dentro de ella. 

Creemos que la República es la forma más avanzada de Democracia y que superarla mediante otra forma de auto-organización supone el agotamiento de todas sus posibilidades. Si aceptamos definir la Democracia como “Convenio permanente entre seres humanos libres e iguales para seguir permanentemente conviniendo” es indudable que en determinado momento ese convenio pase a ser algo consustancial y no reglado. Y eso depende de la capacidad de ir creciendo en conciencia ciudadana, responsabilidad, aprendizaje y libertad. En ese sentido la Democracia no es sólo marco de convivencia sino también meta, instrumento, ciencia y auto-desarrollo. 

III)                Compromiso con la Paz. 

La Constitución de la II República mantenía en su artículo 6º lo que sigue: “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional”. La existencia del ejército se mantenía en virtud de la defensa del territorio de la República como consecuencia de una agresión. Era una actitud estrictamente defensiva. Y aún así esa guerra defensiva se mantenía, tal y como indicaba el artículo 77, en el marco más estricto de la legalidad internacional que por aquel entonces lo representaba la Sociedad de Naciones con sede en Ginebra. 

Creemos que la Paz como objetivo y meta debe ser servida mediante medios concordes con ella. Se trata de ir haciendo girar el concepto de Seguridad del campo militar al campo de lo estrictamente civil. Y en ese caso una sociedad segura es aquella que atiende las necesidades de sus miembros y procura establecer mecanismos económicos, sociales, políticos, ideológicos y culturales que conformen unos nuevos valores sociales. 

Es evidente que ello nos lleva a afrontar varias cuestiones tanto en el campo nacional como en el internacional (y por supuesto en el de la UE): 

-          La pertenencia a la OTAN reestructurada en 1.998 sin que las Cortes Generales dijeran nada.

-          Los acuerdos hispano-norteamericanos  sobre las Bases de “utilización conjunta”.

-          La política presupuestaria de gastos militares: material bélico e I+D+i .

-          Una política educativa, cultural e institucional en la que los valores y comportamientos que configuran una situación de Paz sean explicitados continuamente.

-     Una política militar con graduación en su ejecución que desarrolle dos objetivos:   

       a) Una fuerza militar reducida con capacidad de maniobra y de intervención rápida    preparada para acciones de carácter estrictamente defensivo.

       b) La transformación del contingente militar en un cuerpo hiperespecializado para intervenir en misiones de interposición, catástrofes naturales, ayuda humanitaria, etc

 

- Una política de Paz mantenida consecuentemente en los foros internacionales en los que la República asista o pertenezca. 

IV)  Laicidad  

Creemos que en esta hora del siglo XXI y teniendo en cuenta la Historia de España, que el artículo 3º de la Constitución de 1.931 cuando afirmaba “ El Estado español no tiene religión oficial”  se impone la total separación de las distintas iglesias y confesiones religiosas del Estado. A través de un proceso gradual pero con fecha límite el Concordato con el Vaticano será denunciado. La Religión no se impartirá en la Escuela. 

Queremos apuntar algunas ideas acerca de la Laicidad. 

-          La Laicidad se poya en dos pilares: la Ética, en sí misma libertad absoluta de conciencia y el status cívico que define la separación de las iglesias del Estado. 

-          La Laicidad establece estrictamente la diferencia entre dos universos distintos: el interés general y la convicción individual.   

-          La Laicidad es explícitamente consustancial con la República. 

-          El Humanismo laico reposa sobre el principio de la libertad absoluta de conciencia. 

-          La Laicidad dirige todos sus esfuerzos para liberar a la infancia y a los adultos de todo aquello que les aliene o pervierta su pensamiento, especialmente de las creencias atávicas, los prejuicios, las ideas preconcebidas, los dogmas, las ideologías opresoras, las presiones de orden cultural, económico, social, político y religioso. 

-          La Laicidad sostiene desarrollar al ser humano en el marco de una formación intelectual moral y cívica permanente, en el espíritu crítico y en el sentido de la solidaridad y la fraternidad. 

-          El rechazo al racismo y a la segregación en todas sus formas es inseparable del ideal laico. 

-          En una sociedad laica el único medio de desarrollo social es la integración (diferente a la asimilación), la participación de todos en una colectividad de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes. Los únicos grupos sociales aceptables reposan sobre la alternativa, la libre pertenencia y la apertura. 

-          La Ética laica conduce inevitablemente a la Justicia Social: igualdad de derechos, igualdad de deberes, igualdad de oportunidades. La instrucción laica, la escuela, el derecho a la información y el aprendizaje de la crítica son las condiciones de esta igualdad. 

V)                La Austeridad 

Constituye casi un axioma la afirmación de que una sociedad fundamentada en el desarrollo sostenible y en el equilibrio ecológico de la naturaleza no solo es alternativa a la sociedad presente sino que necesita el ejercicio de la Austeridad. El consumismo, el derroche energético y la explotación desaforada de las riquezas naturales son incompatibles con un una sociedad que no haga de la consecución del máximo beneficio económico su valor central. 

Pero más allá de esta obviedad, planteamos la Austeridad como una virtud cívica que debe informar los valores y las actuaciones de todas las instituciones públicas. Se ha instalado en el seno de la sociedad y por ende en la mayoría de los grupos, colectivos y personas de las instituciones la asimilación de dignidad institucional a boato, lujo, exhibición y aparatosidad. La idea central de que la autoridad se ancla y sustenta en el ejemplo y en la virtud (en sentido jacobino) es considerada como de otros tiempos. 

Hay en los presupuestos generales de las distintas administraciones que componen el Estado excesos suntuarios de todo tipo. Pero aún más, excesos en cargos de confianza, subvenciones de todo tipo que fomentan el clientelismo y reduplicación de funciones y tareas con sus equipos humanos correspondientes.

 

La Austeridad informa otro tipo de Cultura y de manifestaciones públicas en torno a ferias, fiestas festejos porque intenta hacer de la participación creativa y de la superación colectiva el eje de una actividad que en muchos casos y en la actualidad, se expresa por los “cachés”  de artistas. La Austeridad invierte el rol cultural actual en el que el espectáculo lo es todo y la participación activa nada. 

Induciríamos a error si no dejásemos claro que el concepto Austeridad no tiene nada que ver con aquella política económica que emanada de Mäastricht y Ámsterdam propugna el Déficit 0. La Austeridad es Racionalidad y sintonía entre Necesidades sociales y aportaciones presupuestarias y de infraestructuras necesarias.

 Campañas electorales, populismos, remuneraciones, contratos blindados, contratas, subcontratas, etc son también objeto de una política austera. 

Pero con ser importantes el conjunto de medidas que hemos indiciado  es mucho más importante aún la formación de una conciencia cívica que a modo de presión social vaya erradicando el derroche y la exhibición epatante de lo superfluo. La Educación, la Cultura, los valores ciudadanos y las actitudes de quienes deben ser ejemplos vivientes desde sus responsabilidades pueden lograr una potenciación de esa conciencia. 

VI)              Una República Federal. 

La Historia nos repite hasta la saciedad que todavía no hemos llegado a un acuerdo acerca de la construcción de un Estado en el que todos sus integrantes naciones, nacionalidades, regiones, etc convengan en asumir como propio sin reticencias. 

España o el Estado Español es una construcción tanto más necesaria que cuanto más necesaria es la construcción de una Europa Federal., Vivimos procesos en los que la emotividad interesada y la manipulación son obstáculos para una búsqueda racional y equilibrada del acuerdo necesario. Desde las posiciones nacionalistas (incluidas las que mitifican la Historia y sacralizan el nombre de España) hasta la invertebración de las políticas de campanario y aldeanas en esta cuestión hemos vivido y vivimos de consignas, lugares comunes y tópicos. 

Desde la serenidad, la información y el debate reposado debemos asumir que la sociedad española, o si queremos de las Españas, es la única que podrá poner y final a una pugna , a veces interesada por que desvía la atención de los conflictos económicos entre poseedores y desposeídos. 

Esta propuesta parte de una voluntad de Construcción libre, voluntaria y democrática ¿Cómo queremos que se vertebre este conjunto social e histórico- conflictivo que hemos llamado España o Estado Español. Decía Eliseo Reclus que el Federalismo estaba escrito en la Geografía y en la Historia de España. Nuestra propuesta federal pare de un reconocimiento sin ambages del Derecho de Autodeterminación. La formulación del mismo está reconocida por el Gobierno español al firmar el Pacto de los Derechos Políticos y Sociales de las NNUU de 1.966. Debido a la inercia del rechazo se pone le acento en la posibilidad de la secesión o separación sin caer en la cuenta que también puede servir para todo lo contrario; el problema estriba en que contenidos concretos motivan y consolidan a las mayorías sociales. 

La construcción del acuerdo debe partir de una serie de premisas a nuestro juicio fundamentales y aplicables a todas y cada una de las federaciones, naciones, nacionalidades y regiones. 

1ª. Los territorios que acuerdan federase para construir el nuevo Estado aceptan como patrimonio común los siete ejes que desarrollan la propuesta republicana. El desarrollo legislativo de los mismos corresponde a las Cortes Generales de la República y el desarrollo ejecutivo al Gobierno Federal. 

2ª. El Estado tiene tres Administraciones: la General, la de cada ente federado y la municipal. 

 3ª. La provincia desaparece y se procede a la comarcalización de cada  federación. 

 4ª. En la atribución y ejecución de las competencias se tendrá siempre en cuenta el principio de Subsidiaridad. 

VII.- Una Europa Federal 

Por principio político, por sintonía con la realidad presente y futura y por proyecto de futuro la III República española debe hacer suya una propuesta de construcción europea de estructura federal. Sabemos que una tarea de esta enjundia no es fácil  pero tampoco debe nacer con vocación de inferioridad o sentido de fracaso anticipado; es cuestión de saber conectar con afinidades, necesidades, urgencias y sobre todo con aquellas propuestas que abran el camino diseñado por las contradicciones de todo tipo. 

Planteamos un proceso de construcción federal de Europa sobre dos ejes: 

1.      Impulsar un proceso constituyente europeo con cinco sujetos: 

El Parlamento europeo

Los parlamentos estatales (y en nuestro caso con la concurrencia de los de las federaciones)

Los pueblos europeos

El Consejo Europeo

La Comisión europea. 

2.      Utilizar como materiales para sistematizar y desarrollar en una futura Constitución europea fruto del proceso constituyente anteriormente descrito, los siguientes grandes Tratados: 

a.      La solemne Declaración de Derechos Humanos de la ONU y los Tratados que la desarrollan.

b.      La Carta Fundacional de las NNUU

c.      La Carta de París de 21 de Noviembre de 1.990

d.      Los textos de la  Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE)

e.      Los Tratados Constitutivos de la CEE

f.        La Carta Social Europea.                  

BLOQUE B 

Expuestos los ejes en torno a los cuales pensamos que debiera organizarse el Consenso sobre la III República queda una cuestión tan importante o aún más que todo lo anterior ¿Cómo? Hemos señalado con anterioridad  que la República no viene si no se la trae y que además la República no es sino un marco de relación entre ciudadanos y ciudadanas que lo aceptan en la medida en que les permite crecer en valores, solucionar dificultades, afianzarse en la Libertad y la Democracia y encontrar cauces y vías para la Solidaridad y el diálogo. 

Constituye una verdad de Perogrullo el que no hay República si no hay republicanos y republicanas y estos no se improvisan ni se hacen de la noche a la mañana. La dificultad actual con la que podemos encontrarnos es, en muchos casos, pasar del estadio de deseos, nostalgias y esperanzas al de contenidos asumidos, desarrollados y ampliados permanentemente. Y a la par entrar en un proceso personal y colectivo en el que el ejercicio en la cotidianeidad de nuevos valores concordes con el proyecto republicano es el cañamazo fundamental en el que se teje la urdimbre republicana. 

             A este proceso y período de tiempo necesario para crear las condiciones que gestan la III República lo hemos denominado Período Constituyente. 

             El Proceso Constituyente.         

 Señalamos a continuación una serie de enunciados que a nuestro juicio conforman este proceso: 

1.      La participación política tanto institucional como social, ideológica y cultural no se circunscribe únicamente al funcionamiento partidario. 

2.      El ciudadano y la ciudadana personal y colectivamente son también sujetos de la actividad política. 

3.      En el caso del proceso constituyente (como en otros) la actividad es transversal a las distintas organizaciones. 

4.      Hay que admitir e incentivar la pluralidad de sujetos e instancias. 

5.      Proponemos el documento resultante de estas jornadas como el que sirva para iniciar el debate y a la vez que se enriquece, va agrupando en torno a él a la creciente base social del proyecto republicano. 

6.      Tengamos presente que el Proceso Constituyente culmina con la proclamación de la III República basada en una Constitución que con anterioridad a su aprobación y promulgación  está ya redactada en el imaginario colectivo. Al constituyente le vendrá dada en sus contenidos. 

7.      Si el proceso ha sido así, la base social que lo ha protagonizado no se “disuelve” en los actores institucionales, mediáticos o estrictamente políticos sino que estructura para una nueva función de seguimiento, participación, apoyo o rechazo al desarrollo de la andadura republicana. 

8.      Como estamos comprobando el Proceso constituyente es un período de reflexión, concienciación, participación y creación. Procesos como estos no cuajan si al aire de los mismos no hay movilización (entendida esta como propuesta más apoyo con entidad). En consecuencia en todo este período las actividades movilizadoras se podrán desplegar en torno a: 

o       Debates en torno a propuestas consideradas de entidad republicana en el sentido que venimos afirmando. 

o       Jornadas, exposiciones, publicaciones, fiestas republicanas, etc 

o       Publicaciones en las que la República quede como garante de propuestas sociales. No olvidemos que estamos precisando hasta el cansancio que la República no es un simple cambio en la forma del Estado sino del  Estado mismo. 

o       Movilizaciones al aire de las propuestas que se relacionan al final de este documento: Iniciativas Legislativas Populares, Referendos , posicionamientos ante las instituciones, la Constitución de 1.978, la Monarquía y quienes la representan etc, 

o       Pero sobre todo hay una idea que debe ser asumida y proyectada con toda la fuerza posible: la III República es para el siglo XXI; hablamos de creación, de Convocatoria para la misma, de futuro con nexo en el pasado pero de futuro. 

BLOQUE C 

Algunas propuestas concretas e inmediatas

 La reforma constitucional que se avecina, el fin de la Transición y el diseño final del mapa autonómico van a ofrecer singulares ocasiones de poder intervenir mediante propuestas que vayan precedidas de debate y elaboración al aire del Proceso constituyente..Veamos algunas: 

- Que cargos públicos prometan o juren la vigente Constitución “por imperativo legal” 

- Explicar el origen de la monarquía juancarlista y los avatares de la Transición sin reparo alguno de nada o de nadie 

-          Explicar y promover mediante firmas una serie de propuestas como las siguientes: 

1.      Una Ley Electora estrictamente proporcional con un Colegio Nacional de Restos 

2.      Hacer de cada federación una circunscripción electoral única para las Elecciones Generales y las de federación. 

3.      Transformar el Senado en Cámara territorial dejando de ser de segunda lectura. 

4.      Transformar la Moción de Censura de constructiva en directa mediante mayoría absoluta. 

5.      Los ministros podrán ser censurados y revocados tras el pertinente debate  votación. 

6.      El Fiscal General del Estado debe ser nombrado por las Cortes Generales 

7.      El actual desarrollo de la Inmunidad parlamentaria debe restringirse. 

8.      Debe legislarse para impedir la concentración de la propiedad sobre los medios de comunicación. 

9.      Se aplicará un Código Ético del Cargo público. 

10. La figura del Defensor del Pueblo o cambia totalmente en sus funciones y operatividad o se crea un Consejo Ciudadano Federal con capacidad para opinar en debates, emitir informes  que recojan el sentir de la ciudadanía y evaluar la actividad institucional. 

11. Los medios de comunicación de titularidad pública serán accesibles de manera reglada a colectivos y entidades ciudadanas además de los partidos políticos y sindicatos. 

12. Las instituciones incentivarán mediante normas y reglamentos la Participación Ciudadana entonos los ámbitos y terrenos. Los Consejos ciudadanos deberán tener un papel importante en tanto derechos como deberes. 

13. La revocación de cualquier cargo público puede realizarse a instancias de Iniciativa popular con los requisitos marcados por Ley. 

14. El Referéndum será vinculante. 

15. La Iniciativa Legislativa Popular necesitará de menos requisitos para coronar sus propuestas.


    Corresponde a los Estados Generales aprobar, impulsar y desarrollar en creciente concreción, las líneas maestras de la propuesta republicana que hacemos a la sociedad para que en el seno de la misma se discuta y se asuma. Es decir se trata de que la III República sea posible gracias a un proceso de preparación, elaboración y gestación. Es lo que conocemos con el nombre de PROCESO CONSTITUYENTE.

         Los sentimientos, adhesiones y compromisos que se manifiestan de manera creciente en apoyo del ideal republicano deben ir aterrizando ( si se pretende que éste sea una realidad) y confluyendo en torno a una propuesta que pudiéramos llamar desde ya Principios y contenidos fundamentales de la Constitución de la III República. El debate en torno a esta cuestión consigue- junto con el avance de la idea republicana- la cohesión social en torno al proyecto de constitucional de la III República. La idea central es que la República debe venir de la mano de una gran mayoría social perfectamente implicada en el proyecto, sus contenidos y sus valores cívicos. Es una mayoría ( la que buscamos) que sea transversal a las fuerzas políticas y sindicales; a las fuerzas y colectivos culturales y a los distintos imaginarios colectivos. La heterogeneidad de los múltiples constituyentes se transforma en homogeneidad ( en absoluto rígida) mediante la participación en el acervo constitucional.

         Hemos venido planteando que nuestra apuesta por la III República no se hace desde la “asepsia programática” o desde la simple sustitución de la Jefatura del Estado. Esto último, sin más, puede concitar apoyos y adhesiones inmediatos pero sin garantía de futuro y sin capacidad para formar la masa crítica que garantice la continuidad del proceso republicano. La III República debe irse visualizando como la garantía de Derechos y Deberes, de Democracia en el más amplio, profundo y radical sentido del término y desde luego como la encarnación de la auténtica Modernidad.

         Somos conscientes de que pecamos de reiteración al insistir una y otra vez en la ligazón del proyecto republicano a contenidos, valores, prácticas y métodos sin los cuales nuestra propuesta sería flor de un día. El proceso constituyente no sólo va conformando lII República sino también a los republicanos y a las republicanas que la harán posible la mantendrán y la extenderán. No hay República sin republicanos y republicanas. La Historia nos enseña que los grandes cambios políticos, sociales y culturales van acompañados de valores alternativos que conformas las nuevas instituciones y pretenden incidir en las practicas sociales. La profunda transformación que supone la III República no es tal sino crea también las condiciones para que surja el hombre y la mujer nuevos, distintos y renovados. Esta característica de nuestro proyecto republicano le imprime una nota específica de Cambio Cultural. Pero es que- además-el mismo concepto republicano implica recoger, asumir y desarrollar todas las propuestas que con carácter universal y acuerdo generalizado (siquiera formalmente) constituyen los exponentes e hitos de las conquistas de la Humanidad ¿Cuáles son los vectores que sometemos a debate para ir entrando en la estructura de la futura Constitución republicana?                                                                

  ( I ) Derechos y Deberes Fundamentales. Los Derechos Humanos 

         En el texto constitucional deben figurar de manera nítida y pormenorizada los contenidos de la solemne Declaración de Derechos Humanos del 10 de Diciembre de 1948 de las NNUU. En la actual Constitución se recoge en el artículo 10 .2 “ Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificadas por España”. Conviene mayor concreción y compromiso. Se trataría en este caso en trasladar los artículos tal y como estos aparecen.

         En la Carta de la ONU que consta de 30 artículos son recogidos los derechos políticos y los derechos sociales. Faltarían incorporarse (como articulado específico) los derechos que se suelen denominar como de tercera generación: los derechos medioambientales. No sólo porque añaden nuevos ámbitos de derechos humanos sino porque –también- incorporamos al texto constitucional los grandes compromisos y acuerdos internacionales sobre esta materia.

         La relación de derechos conlleva la de los deberes. En el texto constitucional deberían recogerse con precisión los que dimanan del ejercicio de los derechos. Se trata de señalar la idea de que cada derecho implica un correspondiente deber hacia la sociedad.

         La apuesta por los DDHH (incluidos los medioambientales) significa también el respeto escrupuloso al Derecho Internacional y a las Instituciones que lo representan, sin menoscabo de aportar propuestas de cambio para que éstas mejoren continuamente. La Constitución republicana de 1.931 aporta material suficiente en este sentido. El respeto hacia la Sociedad de Naciones recogido en artículos del citado texto constitucional es más que evidente.

         La incorporación minuciosa y pormenorizada de la legislación internacional y que es fuente de Derecho debe ser uno de los ejes fundamentales del proyecto republicano. Y ello permite además situar a la República en el centro de debate sobre la Globalización y participación con otros Estados y Movimientos en buscar y realizar respuestas a ese reto globalizador de carácter neo-liberal.

          Y en ese estado de cosas la Constitución republicana debe contener los principios, definiciones y vectores de una concepción europea plenamente estructurada por los principios, valores y contenidos de una Europa totalmente concorde con las grandes ideas que produjeron los proyectos de emancipación y liberación. Una Constitución republicana y por ende profundamente democrática no puede sustraerse al reto que los tiempos demandan.

         En consecuencia con las tres generaciones de DDHH la futura Constitución debe garantizar junto con los derechos políticos, los derechos sociales que de manera sucinta podríamos representar en el siguiente polinomio:

         Sociedad de Pleno Empleo- Desarrollo Sostenible- Reducción de la Jornada Laboral- Protección Social Plena.

         Y en concordancia con lo anterior el protagonismo, la responsabilidad y los compromisos de los Poderes Públicos de la República deben quedar nítidos y reglados.     

(II) Compromiso con la Paz 

         El precedente del artículo 6º de la Constitución republicana de 1.931 es para nosotros una referencia de carácter imperativo. La renuncia  la guerra como instrumento de política sitúa a la diplomacia, el diálogo y la erradicación de las causas de los conflictos armados en el centro de la actividad política. Pero además, induce y potencia los valores alternativos a los de la confrontación y la exaltación de cierto tipo de patriotismo violento, agresor y militarista. La idea central que debe recorrer toda la propuesta republicana es que la Seguridad  no es una cuestión militar sino civil. La Seguridad implica la Justicia distributiva, el desarrollo sostenible, el bienestar social y una nueva fase en las relaciones internacionales. Ni que decir tiene que el rechazo a la Guerra preventiva, tanto en su versión USA como en la versión UE es total.

         Todo lo anterior conlleva una nueva concepción de la política de Defensa en España. Se trata pues de abordar dicha cuestión en todas sus dimensiones: económica, industrial, profesional, etc. Ni que decir tiene que la III República deberá realizar una política de desvinculación progresiva del Vínculo Atlántico en favor de la pertenencia a organismos supranacionales que transformen la actividad castrense en intervenciones humanitarias de prevención, interposición         e intervención.

         Esta cuestión es peliaguda en tanto que se sitúa en un terreno internacional nada proclive a esta posición. Sin embargo la futura Constitución debe recoger tanto los principios como la obligatoriedad de actuar permanentemente en ese sentido. Una obligación evaluada constantemente, tanto por las Cortes Republicanas como por los mecanismos reglados de intervención y participación ciudadana que en su momento se explicitarán.

         Todo lo anterior supone una nueva concepción de los ejércitos y sus roles. Se trata de que sin excluir totalmente la tarea de una Guerra de estricta Defensa podamos ir caminando a unos nuevos roles de las FFAA, con otro tipo de cultura castrense totalmente ligada a los principios y valores que rigen una sociedad democrática. 

 

(III) Una República Federal 

         La propuesta de Estado Federal Republicano tiene en España una honda e importantísima tradición. Desde Eliseo Reclus hasta Pi y Margall la propuesta federal hundía sus raíces en dos características específicas de nuestra Historia:

         1ª.- La existencia durante siglos de varios reinos en la Península Ibérica. Reinos que no eran todos cristianos ni hablaban lenguas romances. Las distintas fases y organizaciones del poder de Córdoba, los Taifas, Almorávides Almohades, Benimerines y Nazaríes han marcado de manera singular nuestra historia colectiva. De tal manera esta ha sido así que autores como Menéndez Pelayo han centrado la “ Unidad de España” en el Catolicismo; y esto ha tenido, y sigue teniendo consecuencias.

         2ª.- La especificidad de la organización político-social de Castilla y los Reinos de la Corona de Aragón junto con el carlismo subyacente o visible han obligado durante siglos a pactos entre la Corona y “sus reinos”. El sentir “nacional” unitarios vino de la imposición de la dinastía borbónica con Felipe V. Los intentos “unitarios”en torno a un proyecto común han venido siempre desde la asimilación de España a algunas de sus partes. Sería importante que algún día se volviese a leer la obra de Valentí Almirall.

         Pero además y como producto de nuestra atipicidad, no debemos olvidar que en nuestros lares la atomización, el espíritu aldeano, la política de campanario circunscrita al municipio propio tiene una larga y aún presente tradición.

         Ombliguismo localista y centralismo uniformador e impuesto, son los extremos pendulares de una historia reiterada hasta la saciedad. Aquellos que intentaron-siquiera tímidamente- aplicar ciertas dosis de racionalidad y modernidad no vieron sus esfuerzos coronados por el éxito. No olvidemos aquí tampoco el papel de la Iglesia Católica en la formación y desarrollo de ambos extremos.

         En consecuencia nuestra propuesta republicana federal debe ser un intento positivo de acertar a exponer, ilusionar y racionalizar la superación de las constantes tensiones en esta cuestión. Pero ello conlleva un período de reflexión y debate ciudadano( a ras de tierra) en el que la idea de constituir “unidad federal” sea la central y determinante. Es un debate doble: entre las ciudadanía y entre los pueblos del Estado Español. Cuestiones como Simetría o Asimetría deben perder la carga de tensión que conllevan y enfrentarlas a la realidad cotidiana; despojarlas de tremendismo y constrastarlas con el desarrollo del Estado de las Autonomías actual.

         Conservan todo su valor las reflexiones y propuestas de PÍ y Margall en torno a su Pacto Bilateral y Sinalagmático.

         Una propuesta federal en el siglo XXI y en el marco de la UE debe tener presente varias cuestiones:

a)     El Estado federal es hijo del acuerdo y la voluntad libre reflejados en un texto constitucional. 

b)    En dicho texto deben recogerse con claridad las atribuciones, competencias y financiación de las mismas de cada una de las tres administraciones que componen el Estado: la  Federal, la de las federaciones o Estados federados y la Local (Ayuntamientos sin Diputaciones que desaparecían).

Así mismo debe quedar clara la jerarquía  ejecutiva, normativa, legislativa y judicial entre las los tres poderes que gobiernan cada Administración.

c)     El Estado federal no es completo si no recoge en su Constitución el Derecho de Autodeterminación.

d)    Y junto a estos principios hay que situar con carácter de línea preferente de actuación y de relación entre las administraciones del Estado la aplicación del PRINCIPIO DE SUBSIADIARIDAD.  

(IV) Democracia Radical 

      La expresión Democracia Radical es en el fondo una obviedad. Lo que ocurre es que son tantas y tan degradadas las aplicaciones históricas y actuales que se necesita un refuerzo lingüístico para indicar que pretendemos desarrollar hasta sus últimas consecuencias el concepto Democracia.

      Y al desarrollarlo nos encontramos ante un universo de contenidos, formas y aplicaciones que conduce-si queremos ser consecuentes- a caminos, mecanismos y prácticas nuevas y, en consecuencia, conflictivas con el Poder y nuestras propias prácticas asumidas y asimiladas.

      Es evidente que al desarrollar la Democracia en el sentido que apuntamos, estamos ante un proceso en el que el ciudadano-ciudadana van beneficiándose de cambios y transformaciones tanto en sus actitudes como en sus valores. En consecuencia planteamos una serie de propuestas en los distintos ámbitos de la sociedad: 

1.     Ley Electoral estrictamente proporcional con un Colegio Nacional de Restos.

2.     La circunscripción para las Elecciones Generales y Autonómicas será la Comunidad Autónoma.

3.     El Senado se transforma en Cámara territorial. Desaparece como cámara de segunda lectura.

4.     La Moción de Censura se aplicará tras un debate y requerirá la mayoría absoluta.

5.     Los Ministros podrán ser censurados y revocados tras el pertinente debate y  votación.

6.     El Fiscal General del Estado, el Presidente del Consejo de RTVE y otros organismos y entes serán elegidos por el Congreso de los Diputados

7.     El actual desarrollo de la Inmunidad Parlamentaria debe hacerse más restrictivo. 

8.     Se legislará para impedir la concentración de Medios de Comunicación en una o pocas manos (Ley anti-Trust).

9.     Se aplicará un Código Ético del Cargo Público.

10.  La figura del Defensor del Pueblo debe ser sustituida por un Consejo Ciudadano Federal con capacidad para intervenir en los debates, emitir informes que deberán ser respondidos antes de poner en marcha cualquier Ley.

11.  Los medios de comunicación de titularidad pública se diferenciarán en su programación, estilo, y accesibilidad de los ciudadanos de los de titularidad privada.

12. Todas y cada una de estas medidas y otras en el mismo sentido se aplicarán a las demás instituciones y ámbitos de las demás administraciones del Estado.

13.- En los planes de Enseñanza deberán introducirse materias y asignaturas de índole cívica y de conocimiento del funcionamiento de las instituciones democráticas. Estas asignaturas y materias tendrán un profesorado preparado y titulado para tal fin. Estas materias formarán parte del currículo obligatorio para el alumnado.

14.- Las instituciones incentivarán (mediante normas y reglamentos) la Participación Ciudadana en todos los ámbitos y terrenos. Los Consejos Ciudadanos tendrán un papel decisivo.

15.- La revocación de cualquier cargo público puede realizarse a iniciativa popular y ciudadana con los requisitos y garantías marcadas por Ley.

16.- El Referéndum será Vinculante.

17.- La Iniciativa Legislativa Popular necesitará de menos requisitos para coronar sus objetivos políticos.

 

(V) Un Estado laico

  La Laicidad del Estado y de las Instituciones quedará recogida con claridad en el texto constitucional y será mantenida en todas y cada una de las instituciones. La separación del Estado de todas y cada unas de las distintas confesiones religiosas debe impregnar las actividades de todo tipo. Para mayor precisión es conveniente fijar cara al debate las características que conforman nuestra visión de la Laicidad.: 

 1ª) La Laicidad se apoya en dos pilares: la Ética; en sí misma libertad absoluta de conciencia, y el status cívico; que define la separación de las Iglesias del Estado.

 2ª) La Laicidad establece estrictamente la diferencia entre dos universos distintos: el interés general y la convicción individual.

 3ª) La Laicidad garantiza la existencia de una sociedad en la que  la paz social no excluye, sino muy al contrario potencia, asume e impulsa el abigarramiento cultural producto de la coexistencia en relación permanente de culturas diversas.

 4ª) La Laicidad es regla de vida en una sociedad democrática.

 5ª) La Laicidad es explícitamente consustancial con la República.

 6ª) La Laicidad impone que al Ser humano le sean dados, sin distinción alguna todos los medios necesarios para que sea él mismo, libre de sus compromisos, responsable de su desarrollo y dueño de su destino.

 7ª) El Humanismo laico reposa sobre el principio de la libertad absoluta de conciencia.

 8ª) La Libertad de espíritu consustancial con la Laicidad es la Emancipación más allá de la consideración de todos los dogmas derecho a creer o no creer en Dios; autonomía del pensamiento frente a cualquier obligación religiosa, política o económica; liberación de los modos de vida referentes a los tabúes, las ideas dominantes y las reglas dogmáticas.

 9ª) La Laicidad dirige todos sus esfuerzos para liberar a la infancia y a los adultos de todo aquello que les aliene o pervierta su pensamiento, especialmente de las creencias atávicas, los prejuicios, las ideas preconcebidas, los dogmas, las ideologías opresoras, las presiones de orden cultural, económico, social, político y religioso.

 10ª) La Laicidad sostiene desarrollar al ser humano en el marco de una formación intelectual, moral y cívica permanente, en el espíritu crítico y en el sentido de la solidaridad y la fraternidad.

 11ª) La Libertad d expresión es el corolario de la libertad absoluta de conciencia.

 12ª) La Ética laica reposa sobre los principios de la tolerancia mutua y el respeto hacia los demás y al de uno mismo. Es esencial para la construcción de la armonía social y el fortalecimiento del civismo democrático. Tiende a instaurar, más allá de las diferencias ideológicas, comunitarias o nacionales, una sociedad humana, favorable al completo desarrollo de todos, sociedad de la que serán excluidos toda explotación o condicionamiento del hombre por el hombre, todo espíritu de fanatismo, odio y violencia

 13ª)  El rechazo al racismo y a la segregación en todos sus formas es inseparable del ideal laico.

 14ª) En una sociedad laica el único medio de desarrollo social es la integración (diferente a la asimilación), la participación de todos en una colectividad de ciudadanos libres e iguales en derechos y deberes. Los únicos grupos sociales aceptables reposan sobre la alternativa, la libre pertenencia y la apertura.

 15ª) La Ética laica conduce inevitablemente a la Justicia Social: Igualdad de derechos, igualdad de deberes, igualdad de oportunidades. La instrucción laica, la escuela, el derecho a la información y el aprendizaje  de la crítica son las condiciones de esta igualdad.

 16ª) El principio de este status cívico, jurídico e institucional es simple. Reposa sobre la clara distinción por cada ciudadano entre la esfera pública y la esfera privada.

 17ª) La separación de las Iglesias y el Estado es la piedra angular para la laicización de la sociedad. Ella no podrá sufrir excepción, modulación ni ajuste. Su totalidad, su integridad, son la condición para su propia existencia.

 18ª) La Laicidad es una regla de juego. La laicidad es una noción que reposa sobre los principios humanistas forjados durante el curso de la historia. Ella es una fuerte afirmación de sentido y de valor al servicio de la libertad individual. La Laicidad es la más segura garante de la paz civil. Ella porta en sí misma una moral personal  y una ética social. Ella es acción, voluntad, resistencia; resistencia a la comodidad de la renunciación y al confort del pensamiento único.  

 Un Valor republicano: la Austeridad 

La Austeridad como eje del funcionamiento de las Administraciones públicas significa un ejemplo contra el derroche, lo superfluo y la desidia ciudadana. La Austeridad es una racionalización objetivos y medios. Austeridad significa transparencia en las cuentas públicas y combate a la evasión fiscal, revalorización y cuido de lo público. La Austeridad entendida como sobriedad en lo accesorio y abundancia de recursos bien administrados para las necesidades es una virtud que debe recogerse en los premios, galardones y reconocimientos públicos. Austeridad y Derechos Medioambientales son las dos caras de la mima moneda. 

NOTA  FINAL

 Quedaría para un ulterior debate el papel, las funciones y método de elección del Presidente de la República.   

 

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Otras aportaciones

Ponencias presentadas en la V Jornada Republicana de  Unidad Cívica  por la República el 25 y 26 de Noviembre de 2006, en el Ateneo de Madrid

Memoria Histórica e identidad de Pueblo Víctor Casco   

Derechos Humanos, Federalismo, Laicismo Pedro Santiesteban

Medios de comunicación  Vicente Romano   

De la II a la III República Víctor Díaz Cardiel 

Comunicaciones

Construir la III República Julio Anguita

“La  "Hora de la República”.  Juanjo Picó  

El Taller de Historia Contemporánea. Carlos Gallart 

 

IV Jornada Republicana. 

 

La Cultura que España necesita y no tiene Víctor Casco

La alternativa republicana, ¿Qué hacer?.  Francisco Vega 

 

III Jornada Republicana

 

Presentación en Madrid de la Propuesta Republicana en la III Jornada Republicana. Madrid 13 de noviembre de 2004 Madrid 13 de noviembre de 2004

 

Otros Documentos

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