Unidad Cívica por la República
La Propuesta
República para la Construcción de la III República
Documento aprobado en Asamblea General Extraordinaria UCR el 17 de
Octubre de 2009
Presentación
El objetivo de este documento es presentar una serie de planteamientos y
propuestas
que desde UCR hacemos a la sociedad para la consecución de
la III República y a la que hemos denominado, "La
Propuesta República para la Construcción de la III República".
Muchas de las ideas, iniciativas y propuestas
que han sido recogidos en este documento son consecuencia del los análisis y manifiestos que
ya forman parte del bagaje de UCR, como el
"Compromiso
por instaurar la Democracia",
"Regenerar
la Democracia"
y la
"La Propuesta Republicana", en otros
casos, son cuestiones mas o menos
controvertidas sobre las que formar criterio y, en otros tantos, son
líneas de pensamiento y propuestas de contenidos para la acción que,
todo ello en su conjunto, se ofrecen para un debate abierto y plural.
Las
aportaciones y sugerencias que nos enviéis, se someterán a debate en
las Jornadas Republicanas. La próxima está prevista para Noviembre de
2007. Puedes
enviar tus aportaciones a:
Correo
Como base de partida, consideramos que la formulación de la alternativa
republicana precisa examinar una serie de temas actuales de especial
importancia. Nos referimos, como más relevantes, a la Crisis Económica,
la Memoria Histórica, y, cómo no, al marco general de Agotamiento en el
que, en nuestra opinión, se encuentra el actual modelo constitucional.
A partir de ahí, la formulación de la propuesta necesita disponer de un
consistente argumentario republicano que haga frente a los retos del
pensamiento único y mediático existentes, a la vez que desarrollar de
forma mucho más concreta el contenido programático y la estrategia de
acción que propugnamos, como elementos todos ellos que nos
permitan avanzar de forma más efectiva en la Construcción de la 3R.
Estos son, por tanto, el conjunto de temas que se presentan en este
documento y que deben servir para definir mucho mejor la actividad
propia de UCR, a la vez que facilitar la dinamización en el movimiento
republicano y en la ciudadanía en general.
Para ello, pasamos a desarrollar estos puntos de acuerdo con el
siguiente esquema:
1) LA SITUACIÓN ACTUAL: NECESIDAD DE UNA ALTERNATIVA
a) LA CRISIS ECONÓMICA
b )LA MEMORIA HISTÓRICA
c) EL AGOTAMIENTO DEL ACTUAL MODELO CONSTITUCIONAL
2) LA PROPUESTA: POR QUÉ LA REPUBLICA ES LA ALTERNATIVA ?
3) LOS CONTENIDOS: PERO, QUÉ TIPO DE REPUBLICA PROPUGNAMOS ?
a) LA JEFATURA DEL ESTADO
b) LOS VALORES REPUBLICANOS Y SU CONTENIDO PROGRAMÁTICO
c) EL MODELO ECONÓMICO Y DE DESARROLLO
d)EPÚBLICA FEDERAL, LAICA, PARTICIPATIVA Y SOLIDARIA
4) LAS DIFICULTADES: ¿QUÉ RETOS TENEMOS POR DELANTE ?
5) LA ESTRATEGIA: CÓMO TRAER ENTONCES LA III República?
a) “PEDAGOGIA” REPUBLICANA
b) PROPUESTAS Y CONTENIDOS CONCRETOS
c) ORGANIZACIÓN PARA LA ACCIÓN
d) PROCESO CONSTITUYENTE REPUBLICANO
e) LA TÁCTICA: Y AHORA, EN RESUMEN, QUÉ HACER ?
I
1-a) La crisis económica
La Crisis económica actual, de enorme
gravedad, es una crisis global que está implícita en el propio sistema
de globalización neoliberal capitalista, a nivel mundial y también en
nuestro país. Una crisis que ha explotado por las costuras de su
modeloeconómico, financiero y especulativo pero que también presenta su
catálogo de fracasos en el modelo social, de producción, de desarrollo,
energético, de alimentos,sobre el medio ambiente, etc.
No se trata de una crisis
puntual ni pasajera, ni tampoco como el resultado de fallos en los
mecanismos de control y supervisión del propio sistema, o por la
avaricia deunos desaprensivos y particulares actores de todo tipo. No
sólo es eso. Es que elcapitalismo como sistema ha mostrado su fracaso
como impulsor de la igualdad, la
democracia, las libertades, la paz y el respeto a los Derechos Humanos
sino, más bien al contrario, como generador de injusticias y tensiones
internacionales de todo tipo.
Un fracaso que está afectando a los
sectores populares mas vulnerables, a los servicios públicos y a los
mecanismos de protección social. Pero ha fracasado también al crear
valores de nula convivencia basados en el consumismo, el despilfarro, el
egoísmo, individualismo, insolidaridad, etc. bajo el manto de un
pensamiento único,
cultural y mediático, que arropa una serie de conjuros y prácticas
neoliberales tan extendidas y acríticamente asumidas como “el mercado”,
“la modernidad”, “la competitividad”, “productividad”, “liberalización”,
“la globalización”, etc., verdaderos pilares de este sistema depredador,
insolidario, injusto, especulador y corrupto.
El fracaso de este modelo capitalista se intenta encubrir distrayendo a
la ciudadanía con imposibles “refundaciones” mientras se siguen
inyectando ingentes recursos económicos para el rescate del sector
financiero y otros sectores privados, sin que tales aportaciones
-acompañadas también por sustanciosas medidas fiscales hayan revertido
de forma eficiente en la economía real productiva y en los ciudadanos
afectados por esta crisis, sino en seguir saneando las cuentas y en
consolidar los ya sustanciosos beneficios de todos estos sectores …... a
costa del erario público.
Porque toda esta forma de enfrentar la crisis suena a tremendamente
injusta y cínica ya que son los mismos actores causantes de la crisis
los que están dictando las recetas que más les interesa para seguir
manteniendo su papel determinante y de beneficio en la economía y la
política. Pero es que también suena a tremendamente inútil puesto que al
limitarse a clonar el sistema, pero sin cambiarlo, seguirán existiendo
las bases que producirán periódicamente esos mismos fracasos.
Estas recetas las llevan
a cabo los gobiernos de derechas pero también, sorprendentemente -o no
tanto-, los de la socialdemocracia al uso. Este mimetismo seguidista, en
un marco democrático de baja intensidad, junto con la ausencia de
alternativas reales articuladas desde la izquierda transformadora,
favorece objetivamente el auge de una hegemonía política y social de
tinte conservador que va a mantener un peso de especial trascendencia,
negativa para los intereses populares, en el modelo de salida de la
crisis al igual que en el de la construcción europea.
Desde nuestra visión
republicana, no se trata tanto de plantear o repetir análisis y
formulaciones sobre medidas concretas alternativas al modelo económico y
social de salida de la crisis, puesto que ello tiene ya cartas de
naturaleza desde otros agentes políticos, sociales y foros alternativos
de izquierda, sino en alumbrar algunos
planteamientos de fondo que consideramos deben estar en la base del
mismo.
Así, en ese modelo de salida es
imprescindible aumentar la democracia para que sean los propios
ciudadanos, con información y transparencia, los sujetos del debate
social y decisión colectiva. Que los poderes económicos estén
controlados de una forma efectiva por el poder democráticamente elegido
en lugar de estar solapados o por encima de él. Es ineludible asumir el
valor de lo público como criterio prioritario frente al beneficio
privado. La necesidad de una banca y un fuerte sector públicos, con una
verdadera planificación democrática de la economía Y, al tiempo,
promover nuevas fórmulas de organización social, de convivencia, modos
distintos de producir, gestionar y repartir la riqueza que ponga a la
persona como eje de sus prioridades permitiendo satisfacer las
necesidades de la gran mayoría, de tantos millones de seres humanos,
además de procurar la sostenibilidad del medio ambiente.
Porque lo que
realmente se necesita, y ésta es la conclusión, es articular una
propuesta que confronte radicalmente y ponga en cuestión la estructura y
los mecanismos de este sistema en su conjunto, siendo éste un punto de
referencia clave al que debemos dedicar apoyo y atención por lo que
supone tener que luchar para mantener derechos amenazados pero también
porque las condiciones que la actual situación genera en el conflicto
social deberían ser objetivamente favorables al avance de la alternativa
de un republicanismo transformador como el que propugnamos.
1-b) La memoria histórica
Los autos del juez
Garzón, promulgados a finales del pasado año sobre las fosas y los miles
de desaparecidos del franquismo son de una enorme importancia porque
caracterizan de forma frontal e inequívoca, y mediante texto judicial,
lo que fue el régimen represivo del franquismo, orientado a la
eliminación sistemática de sus enemigos políticos, lo que, de hecho,
define tales crímenes, desaparecidos y fusilados, como un delito contra
la humanidad que, por su propia naturaleza, es imprescriptible.
La posterior inhibición
como consecuencia del recurso de la fiscalía general del Estado y de la
Audiencia Nacional, pasando su competencia a los juzgados provinciales,
en un extraño despropósito de competencias que parece no tener fin, ha
supuesto una importante disfunción en la lucha por la reivindicación de
la memoria. Una disfunción que se pone de manifiesto no sólo por estas
trabas judiciales sino por la permanencia de ciertos reductos
procedentes del franquismo en la judicatura, en las fuerzas de seguridad
del Estado, en la Iglesia y en parte del conservadurismo sociológico,
cuyo objetivo es impedir a toda costa el conocimiento de la verdad, la
justicia y la reparación para con las víctimas. Un escenario que se
completa por la clara falta de voluntad política de la Administración
por los incumplimientos y las propias carencias de la actual Ley de
Memoria Histórica. Porque, ¿cómo es posible, si no, que desde los
poderes del Estado se nieguen los más elementales derechos, reconocidos
incluso en la legislación internacional, para con las víctimas del
franquismo y sus familiares cuando de delitos contra la humanidad
estamos hablando?
Las razones de fondo que hay detrás de esta inconcebible situación es
que una verdadera y completa recuperación de la Memoria Histórica
desacralizaría una Transición que se ha venido vendiendo como modélica y
hasta exportable, desmontando el mito del pacto y la reconciliación
frente a la amnesia sobre los muchos agujeros turbios, personales y
colectivos, por explorar y someter a la justicia.
Y eso no están dispuestos a permitirlo de ninguna forma ya que obligaría
a revisar muchos planteamientos, como el de asumir la 2R como la última
legalidad democrática conculcada por la sublevación franquista,
siguiendo con la inequívoca condena institucional del franquismo y la
cruel represión que desató, hasta poder concluir con la propia
ilegitimidad de origen de la actual Monarquía como elemento de
continuidad del mismo, con lo que se alcanzaría de lleno al núcleo del
actual sistema y, por tanto, que se pueda plantear con gran impulso a
nivel social la posibilidad de elegir entre Monarquía o República como
opción que ha estado hurtada y sigue pendiente. Por eso, en este marco,
es tan importante que el movimiento memorialista se vincule abiertamente
con el movimiento republicano en la denuncia de la Transición, a la vez
que éste tome el tema de la Memoria Histórica como una de sus señas de
identidad y atención. Porque no es sólo una cuestión de “Memoria” sino
de “Derecho” a exigir frente a esta incontestable anormalidad jurídica.
En este sentido, y constatando la incapacidad existente para alcanzar
una completa y efectiva “verdad, justicia y reparación”, se requiere
mantener y explorar vías de reivindicación y movilización social que (1)
Denuncie los incumplimientos de la vigente Ley de Memoria Histórica, (2)
Exija los cambios legales o administrativos que cubran sus evidentes
carencias, con la anulación de las sentencias de los tribunales de la
represión como la más sangrante (3) Requiera el cumplimiento de la
legislación internacional sobre Derechos Humanos y demás pactos firmados
por nuestro país, pero ignorados, y (4) Promueva la creación de una
Comisión de la Verdad o entidad similar, independiente y participada por
todas las partes, como mecanismo
para articular estas necesarias y urgentes reivindicaciones.
En conclusión, como ciudadanos y como republicanos denunciamos la
insuficiente voluntad del Gobierno, instituciones y resto de
administraciones públicas sobre este tema, manifestando nuestro firme
apoyo y participación en todas las iniciativas encaminadas a conseguir
una plena recuperación de la Memoria Histórica como
reivindicación de importancia capital por lo que supone de justicia para
con las víctimas del franquismo pero también como palanca de ruptura con
el modelo constitucional heredado y factor de avance del movimiento
republicano.
1-c) El agotamiento del actual modelo constitucional
El modelo actual basado en la
Monarquía y en la Constitución de 1978 presenta claros síntomas de
agotamiento debido a los incumplimientos de las partes mas posibilistas
del texto constitucional pero también, y principalmente, a sus propias
limitaciones puesto que el mandato de ese “Estado social y democrático
de derecho” que marca la Constitución viene estando sometido a un
continuo vaciamiento de sus contenidos mas positivos a la vez que a la
corrupción de un incrustado entramado político, económico y social.
Así, por las costuras de este sistema
están aflorando distorsiones tan evidentes en
multitud de temas, como por ejemplo:
El desastre sin paliativos de la
Administración de Justicia que está impidiendo asegurar el derecho de
todos los ciudadanos a tener una justicia rápida, justa y efectiva. La
manifiesta desigualdad ante la ley y la impunidad selectiva, con
múltiples ejemplos a todos los niveles en el trato de favor para con
unos pocos, los detentadores del poder, y de discriminación para con
todos los demás..
La ausencia de una verdadera Democracia
Radical en la vida política y social por falta de cauces reales que
permitan la participación democrática de los ciudadanos en la esfera de
lo público; la iniciativa popular; el referéndum vinculante; el control
y revocación de los cargos electos.
Como paradigmas mas relevantes de este empobrecimiento democrático,
reseñamos dos factores de especial trascendencia:
− El Bipartidismo abrumador y excluyente que, contando con la
aquiescencia de
los partidos mayoritarios beneficiarios del mismo, limita la pluralidad
política y
mediática suponiendo una clara corruptela de este sistema a causa de una
injusta Ley Electoral promotora de la desigualdad del valor del voto de
los
ciudadanos, a la vez que por una Ley de Partidos claramente restrictiva
de la
libre expresión de cualquier opción política democrática.
- El Pensamiento único y la desinformación imperantes en lo cultural y
en los
medios de comunicación, como instrumentos utilizados por el sistema para
la
acomodación y uniformidad de las conciencias, desactivando y
apropiándose del
significado de las palabras, los análisis y los símbolos para
sustituirlos por
formulaciones vacías de contenido, encubridoras de la realidad existente
y
generadoras de un profundo conservadurismo sociológico que, asumido en
parte
incluso por sectores de la izquierda, está impidiendo la formación de
una
ciudadanía libre, culta, crítica y plural.
Otra distorsión se presenta con la existente confesionalidad religiosa
“de hecho”,
promovida por la complaciente actitud y prebendas de todo tipo que todos
los
gobiernos de turno han tenido para con la Iglesia Católica en el tema
económico, en la
educación, etc. en base a unos Acuerdos de 1979 con el Vaticano que
deben ser
derogados. En su lugar, afirmamos nuestra apuesta por una Laicidad con
respeto a la
libertad de conciencia y de pensamiento, y con una separación efectiva
entre las
iglesias -todas- y el Estado,
El despropósito de la actual Estructura territorial del Estado, donde no
se
está asegurando un desarrollo armónico multilateral que, respetando las
particularidades e identidades propias, establezca un catálogo de
derechos comunes
para todos los ciudadanos, en el marco de un modelo federal de
competencias y
financiación solidaria, reforzando el papel de los municipios,
La ausencia de una efectiva Separación de poderes (Montesquieu) con la
permanente intromisión del poder ejecutivo y de los partidos
mayoritarios sobre el
poder judicial; o viceversa, cuando el poder judicial suplanta de hecho
al poder
legislativo.
Por no hablar de la política de Privatizaciones y desmantelamiento de
servicios públicos, con las políticas económicas antisociales de corte
neoliberal en la
sanidad, educación, protección social y demás servicios básicos; en la
ausencia de un
fuerte sector público; en políticas fiscales regresivas favorecedoras
del capital; en el derecho al acceso a una vivienda; a un trabajo digno.
O, en resumen, denunciar el agotamiento marcado por la ausencia de un
Cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos en sus tres generaciones -económicos, sociales y culturales; civiles y políticos; medioambientales
y colectivos, loscuales, junto con sus posteriores Pactos Internacionales firmados por la
mayor
parte de los Estados, el nuestro entre ellos, siguen siendo ampliamente
ignorados o
manifiestamente incumplidos.
Y para remate, y como símbolo y representante de todo este sistema, la
Monarquía en la Jefatura del Estado, institución radicalmente
antidemocrática y
carente de cualquier atisbo de encaje y justificación en nuestro tiempo.
Por su origen y por su posición no neutral, al ser el nexo de unión
entre el
reaccionario Antiguo Régimen del siglo XIX, el golpe fascista contra la
II República, la dictadura
franquista, y el actual sistema resultante de la Transición.
Y por sus privilegios, que vulneran los más elementales fundamentos
democráticos:
su carácter vitalicio, hereditario e irrevocable; la “inviolabilidad”
del monarca frente a
las críticas y el “no estar sujeto a responsabilidad” en sus actos; la
opacidad y
ausencia de control alguno sobre sus actividades, su patrimonio y las
cuentas de la
Casa Real a cargo del erario público, etc. Es suma, la constatación, en
contra de los
mas elementales principios democráticos, que no todos somos iguales ante
la ley.
Denunciamos igualmente el blindaje político y mediático, lleno de
silencios y
pleitesías, que rodean a la institución, al monarca y sus actuaciones, a
la vez que las
medidas de tipo administrativo, policial y judicial que intentan acallar
las voces cada
vez más críticas que, como pura libertad de expresión, están abriendo
continuas
brechas en este terreno.
POR TODO LO INDICADO es por lo que concluimos en la incapacidad de este
sistema para dar respuesta a muchos de estos temas distorsionantes que
se hurtaron
o no fueron considerados como centrales durante la Transición, y así se
han
mantenido durante todos estos años, pero que ahora sí lo son; o que
entonces se
dejaron aparcados, mal resueltos o sin desarrollar; o que, simplemente,
las continuas
reivindicaciones que hoy afectan y reclaman el conjunto de los
ciudadanos por
satisfacer nuevos derechos o necesidades no hacen sino poner de
manifiesto lo que es
mas importante, que son las propias carencias y limitaciones que están
implícitas
en este sistema.
Junto a lo dicho, existe otro aspecto de la situación actual, pero esta
vez que
nos afecta mas cercanamente, y es en relación con la situación de
desarticulación
de la izquierda en lo organizativo y en lo ideológico, con la
descapitalización de
todo un impulso e imbricación que hasta el fin de la dictadura tenían
ganado en el
tejido social y de hegemonía en lo cultural, al haber quedado en gran
parte abducidas,
entre otras causas, por un planteamiento demasiado escorado a la parte
más
mediática e institucional de este sistema -con pobres resultados
electorales, todo hay
que decirlo-, en detrimento de la potencialidad de los movimientos
sociales como
sujetos activos de resistencia y alternativa al mismo.
LA ALTERNATIVA a todo este escenario debe pasar, por tanto, por la
necesidad
de una profunda regeneración democrática que dé paso a un cambio de
modelo
que suponga una neta superación del actual y de los consensos, cesiones,
tacticismos,
derivas, agotamientos y desmemorias mencionados.
2) ¿POR QUÉ LA REPÚBLICA ES LA ALTERNATIVA ?
En nuestra opinión, esta regeneración democrática no puede venir sino a
partir de
una propuesta, como la de la 3R, fundamentada en una frontal
desvinculación con
el sistema monárquico y con el modelo constitucional salido de la
Transición.
La creciente reflexión en el seno de la propia izquierda transformadora
por dar un
giro a la situación actual y encontrar nuevas vias de aglutinar una
mayoría para el
cambio debe ser motivo de atención por la confluencia que objetivamente
debería
producirse de tener la República como modelo de referencia capaz de
concitar
el interés común de todos estos sectores para una confrontación con las
políticas
existentes a la vez que de como alternativa real al modelo de sociedad.
Porque hablar de República significa hablar de “más democracia”, en su
más
amplio sentido y contenido, al estar basada en unos inequívocos y
supremos valores
de Justicia, Libertad, Igualdad y Fraternidad, que representan lo mejor
de la tradición
de los movimientos históricos mas avanzados e ilustrados del
pensamiento.
Estos principios entran en contradicción con la persistencia de la
Monarquía,
institución claramente obsoleta, enfrentada al devenir histórico y
obstáculo objetivo
para el avance democrático de los pueblos. Baste tomar nota de la
existencia en pleno
siglo XXI de tan sólo 27 monarquías en todo el mundo, 10 de ellas en
Europa.
La República, por contra, representa un modelo de sociedad total,
integrador y
moralmente superior al de una Monarquía al preservar la dignidad del
ciudadano, que no súbdito ni simple consumidor, frente a un monarca o
frente a
cualquier otro poder establecido.
La República, además, es la forma que mejor conviene a los intereses de
la mayoría
ya que ofrece un marco más idóneo donde poder desarrollar y defender los
Derechos Humanos para una sociedad mas democrática, igual, justa, libre
y solidaria.
Muchos de los ideales mencionados quedaron reflejados en la Constitución
de la II República de 1931 con una formulación y contenidos mucho más positivos que los del
articulado
meramente declarativo, propio de una democracia “de baja intensidad”, de
la
Constitución de 1978. Así, por ejemplo, la Constitución de la II
República
establecía:
Art. 1: “España es una República democrática de trabajadores de toda
clase que se
organiza en régimen de Libertad y de Justicia”. “Los poderes de todos
sus
órganos emanan del pueblo”.
Art. 3: “El Estado español no tiene religión oficial”.
Art. 6: “España renuncia a la guerra como instrumento de política
nacional”.
Art. 7: “El Estado español acatará las normas universales del Derecho
Internacional, incorporándolas a su derecho positivo”.
Art. 25: “El Estado no reconoce distinciones y títulos nobiliarios”.
Art. 26: “El Estado no mantendrá, favorecerá ni auxiliará económicamente
a las
Iglesia e Instituciones religiosas”.
Art. 44: “La propiedad de toda clase de bienes podrá ser objeto de
expropiaciónforzosa por causa de utilidad social”.
Art. 46: “El trabajo, en sus diversas formas, es una obligación social,
y gozará de
la protección de las leyes”. “La República asegurará a todo trabajador
las
condiciones necesarias de una existencia digna”.
Art. 48: “El servicio de la cultura es atribución esencial del Estado”.
“La enseñanza
será laica …. y se inspirará en ideales de solidaridad humana”.
Art. 82: “El Presidente podrá ser destituido antes de que expire su
mandato”.
Art. 85: “El Presidente de la República es criminalmente responsable de
lainfracción delictiva de sus obligaciones constitucionales”.
Este hilo conductor del pensamiento y legislación republicana de la 2R,
cuyo legado
progresista reivindicamos, al igual que el de la 1R, junto con otros
valores, realidades
y nuevos derechos a considerar, son los que reclamamos para la III
República del
siglo XXI que
queremos para nuestro país en el marco de una Europa de los pueblos.
3) ¿PERO, QUÉ TIPO DE REPÚBLICA PROPUGNAMOS ?
Frente a los distintos modelos de República que se pueden presentar, y
que de
hecho existen a nivel europeo y mundial, la 3R que propugnamos está
basada en la
conjunción de los siguientes tres planos de claro contenido alternativo.
1)LA JEFATURA DEL ESTADO
La existencia en la Jefatura del Estado de un Presidente electo y bajo
control
público, en contraposición a la figura de un monarca, es una condición
inherente alpropio concepto de República sobre el cual no existe ninguna lectura
diferente que
hacer en cualquiera de los modelos de República existentes. La crítica
frontal a la
Monarquía, a todo su entramado y al monarca es, por tanto, un punto de
necesidad
inequívoca, y su sustitución condición inexcusable del modelo
republicano, si bien, en
la alternativa que propugnamos ello no será suficiente si no se
encuentra acompañada
de unos valores republicanos y unos contenidos que la llenen de
verdadero sentido
transformador.
2)LOS VALORES REPUBLICANOS Y SU CONTENIDO PROGRAMÁTICO
Los valores y contenidos concretos son los que realmente dan fundamento
diferencial a la propuesta política y social de la 3R por la que
apostamos.
El principio genérico que los recorre parte de considerar a “El
ciudadano libre e
informado, con derechos y obligaciones, como sujeto central de la acción
política y
social, y con igualdad ante la ley”.
A partir de ahí, nuestra propuesta contempla el desarrollo de una serie
de ejes
programáticos alrededor de los cuales articular la respuesta republicana
al actual
agotamiento y, en esencia, como referencia para la futura Constitución
de la III República.
Para cada uno de estos ejes se señalan algunos ejemplos de los
componentes mas
significativos de su contenido, los cuales, junto con otros aspectos a
considerar,
requieren de un mas amplio desarrollo para completar y concretar su
formulación. Los
ejes objeto de atención son:
1. Los DERECHOS HUMANOS, a partir de la Declaración de la ONU y sus
posteriores
Pactos Internacionales, como marco de referencia general e inexcusable
de toda
acción de gobierno, garantizados y exigibles por ley. Una Administración
de Justicia
rápida, justa y efectiva; la igualdad ante la ley; la justicia
universal; la sociedad de
pleno empleo y protección social; existencia de una Renta Básica, etc.
2. El FEDERALISMO como modelo territorial producto del acuerdo y la
libre voluntad
de las partes. Competencias, financiación, corresponsabilidad y cohesión
social; el
papel de los municipios y el principio de subsidiariedad; reconocimiento
del derecho
de autodeterminación; compromiso de clase frente a localismos
identitarios
excluyentes; la construcción de una Europa federal de los pueblos y
ciudadanos
como marco de referencia, etc.
3. La LAICIDAD, libertad de conciencia y de pensamiento; igualdad para
las
concepciones con credo o sin credo; separación Iglesia-Estado;
derogación de los
Acuerdos de 1979 con el Vaticano; ausencia efectiva de discriminación
por razón de
género, raza, etc; derecho a una muerte digna, etc.
4. La DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, como elemento clave que debe ofrecer al
ciudadano parcelas de gobierno y mecanismos de decisión que actualmente
tiene
sustraídos. La iniciativa popular; presupuestos participativos;
mecanismos de
revocación de cargos electos; separación de poderes; supremacía del
poder civil;
ley electoral proporcional, etc.
5. La PAZ Y SOLIDARIDAD, la legalidad internacional como criterio de
relación y
desarrollo de los pueblos; la seguridad civil y militar defensivas; la
soberanía
nacional; OTAN no, Bases fuera; el internacionalismo solidario, etc.
6. La EDUCACIÓN Y CULTURA como elementos consustanciales alternativos y
de
atención preferente por su valor de futuro; la escuela pública, con
igualdad de
oportunidades; el control y acceso a los medios de comunicación, etc.
7. La ÉTICA Y RACIONALIDAD, en la administración y eficacia de la acción
política y
social de lo público; contra todo tipo de corrupción y consumismo;
código ético del
cargo público; el ejemplo y el compromiso personal, etc.
Pero con ser estos ejes de la máxima importancia, existe otro aspecto
que
queremos reivindicarlo como un eje adicional claramente diferenciador de
otros
modelos republicanos existentes. Nos referimos al modelo económico y de
desarrollo en cuyo marco se desarrollen la convivencia y los valores
mencionados.
3) EL MODELO ECONÓMICO Y DE DESARROLLO
Porque la República a la que aspiramos no es una cualquiera, ni una
“Monarquía
republicana” ni una “República coronada”. Pero tampoco una República del
capital,
sino una República con claros contenidos transformadores.
Porque si los medios de producción y la riqueza, su propiedad, cómo se
genera y
cómo se reparte, etc. no se ponen en cuestión estaremos lejos de que el
republicanismo suponga algo más que la reclamación de un cambio en el
modelo de
gobierno y un conjunto de derechos ciudadanos, en lugar de un cambio de
modelo
de sociedad que es lo que propugnamos
Este eje, de gran calado y con recorrido propio, complementa a los otros
antes
mencionados como una exigencia en favor de una economía y un modelo
productivo socialmente avanzado. Así.
8. La ECONOMIA SOCIAL Y DESARROLLO SOSTENIBLE, con planificación
democrática y un fuerte sector público; banca pública con fines sociales
y control
público; la riqueza nacional puesta al servicio del interés de la
mayoría; el valor de
lo público frente al beneficio privado; fiscalidad progresiva y
convergencia en gasto
social con el de la UE; soberanía alimentaria y energética, etc.
EL CONJUNTO, pues, de los ejes programáticos mencionados son los que
proponemos como base de partida para definir la 3R del siglo XXI que
queremos
conseguir.
Estos ejes no son ni prioritarios unos sobre otros, ni excluyentes de
otros que
también puedan proponerse ni tampoco con contenidos estancos entre ellos
y, como
ya se ha indicado, precisan desarrollar su contenido de forma más amplia
y
concreta en una tarea pendiente que tiene que llevarse a cabo a través
de un debate
abierto entre todos aquellos ciudadanos y sectores políticos, sociales,
académicos,
culturales y de todo tipo interesados en esta propuesta.
EN RESUMEN, podemos decir que la conjunción de estos tres planos
alternativos
-la Jefatura del Estado, los valores republicanos, y el modelo
económico-, con sus
contenidos en el sentido indicado, son los elementos que conforman
nuestra
alternativa republicana para una real y profunda regeneración
democrática en lo ético,
lo social, lo político y en lo económico para un cambio de modelo de
sociedad.
En este sentido, si por simplificar como mera proclama no limitativa ni
exhaustiva,
tuviéramos que “apellidar” la 3R que queremos, podríamos nominarla como
una
REPUBLICA FEDERAL, LAICA , PARTICIPATIVA Y SOLIDARIA
Aunque somos conscientes que el grado de regeneración democrática que se
podrá
alcanzar, incluso con esta propuesta, dependerá, en más o en menos, de
la
correlación de fuerzas existente en cada momento, pudiendo resultar en
una
hegemonía republicana, pero de derechas, para mantener el sistema tal
cual, o con
meras y limitadas reformas (como Lampedusa: “cambiar algo para que nada
cambie”), o bien en un sentido transformador que cuente con el apoyo
mayoritario de
fuerzas políticas, sociales e institucionales de izquierda, y de una
ciudadanía, a favor
del cambio en el marco de la 3R. Nuestro objetivo primario debe ser, por
tanto,
articular la más amplia mayoría social favorable a esta propuesta
republicana
alternativa a este sistema.
4) QUÉ RETOS TENEMOS POR DELANTE ?
Hasta aquí se han presentado de una forma abierta los principales
elementos que
conforman nuestra alternativa republicana, así como el principal
objetivo a alcanzar.
Ahora bien, antes de dar por satisfecho este planteamiento, merece la
pena
reflexionar sobre los más relevantes factores que objetiva y
subjetivamente están
enfrentados a este avance hacia la 3R, o cuando menos lo dificultan.
Así, porque no tenemos porqué ocultarlos, sino mas bien porque debemos
tenerlos
en cuenta en nuestros análisis y estrategias, podemos enumerar algunos
retos y
valoraciones que existen en el propio sistema y también en gran parte
del
imaginario colectivo respecto al republicanismo. Así, por ejemplo:
(Figuran con >>> algunas consideraciones a tener en cuenta frente a
estas valoraciones)
La opinión sobre que la República es un tema sólo del pasado, de la 2R,
sin
mayor encaje en la actualidad. >>> Aunque tal idea debe ser combatida
teniendo
presente que la República como modelo no es ni un "invento" de reciente
aparición
que precise de mayores avales para presentarse ni una historia del
pasado, sino un
modelo de futuro que hunde sus raíces históricas desde tiempo atrás y,
en lo mas
inmediato, en la 2R cuyo legado progresista reivindicamos. Además de que
las nuevas
generaciones asocian cada vez más el ideal republicano con la idea de
democracia y
transformación social de futuro.
La existencia de un “Juan Carlismo sociológico”, soportado por un
paraguas
mediático de blindajes y pleitesías de todo tipo que tiene como objetivo
vender la
imagen de una monarquía “campechana” y cuyo interés último es que se
identifique
monarquía con democracia, especialmente a partir del papel que al
monarca se le
atribuye en el 23-F.
Aunque tal imagen debe ser combatida
denunciando el
origen, papel, actuaciones y corruptelas del monarca. Y, respecto al
23-F, a partir de
las documentadas informaciones existentes, desmontando la estereotipada
y falsa
imagen de conseguidor que se le asigna y que pretende ignorar la lucha
de muchos
demócratas durante la dictadura para traer las libertades.
Considerar que la 3R no es un tema prioritario por lo cual, aun estando
conceptualmente a favor, no merece una mayor atención práctica. Este
planteamiento
cobra especial relevancia en sectores, como ocurre en el movimiento
obrero y en
determinadas fuerzas políticas, incluidas las de orientación socialista,
en los que su
grado de implicación real a favor de la propuesta republicana, siendo
completamente
necesario, es aun insuficiente. >>> Aunque el planteamiento republicano
no es
contradictorio con la atención a otros problemas mas inmediatos sino,
mas bien, que
hay que considerarlo como estratégico en el sentido de que la República
puede ser el
elemento de confluencia donde mejor poder articular la resolución de los
mismos.
El hecho contradictorio, a pesar de lo que parecería razonable, de la
existencia
de Repúblicas de derechas y de bajo nivel democrático, como muchas de
las
existentes, a la vez que Monarquías con derechos avanzados como, por
ejemplo, la de
los países nórdicos europeos. >>> Aunque ese no debe ser nuestro debate,
ni como
ejemplos de comparación, puesto que los contenidos de la 3R que
propugnamos están
basados en elementos, como es el del modelo económico, claramente
superadores de
cualquiera de esos ejemplos.
El planteamiento especialmente arropado y presentado como irrebatible
que
denominan “Monarquía Republicana”, que cuenta con significados
defensores en
círculos del socialismo en el poder y apoyo de reconocidos politólogos,
que lo
argumentan así: La monarquía es un título al igual que los demás títulos
nobiliarios
existentes, pero nada más. El monarca es sólo un alto funcionario
estatal que sólo
representa, no manda, no es el soberano, no estorba y, en todo caso,
está sujeto a la
Constitución. Por tanto, con los derechos existentes, el sistema actual
es mejorable
por sí mismo y esta monarquía no es el problema (al contrario de lo que
ocurría con,
eso sí, las rechazables monarquías absolutas, pero ese no es el caso).
En
consecuencia, existe una línea de pensamiento a la que llaman
“Republicanismo
Cívico”, como formulación que resulta estéticamente menos
contradictoria, pero con
el mismo discurso, que considera que “La República no puede aportar nada
diferente
que no lo pueda hacer la Monarquía” (además de no ser prioritaria,
añaden). >>>
Este engañoso planteamiento cae de raíz al estar aceptando y pasar por
alto el propio
carácter antidemocrático de la institución monárquica y todo lo que ella
representa.
Además de estos retos “externos”, están las carencias del propio
movimiento republicano, como es la de su atomización ideológica y
organizativa
-que no debe estar reñida con la pluralidad y la positiva multiplicidad
de iniciativas de
todo tipo-; la falta de una mayor concreción programática de la
alternativa; la
ausencia de referencias republicanas, personales o colectivas que
dinamicen este
proceso; la aun escasa y meramente nominal involucración real de
importantes
sectores sociales (empezando por la ya mencionada del movimiento obrero
y otras
fuerzas de izquierda), etc.
Por último, merece la pena hacer mención a determinados planteamientos
que a
veces se ponen de manifiesto dentro del propio republicanismo sobre las
que, en
nuestra opinión, conviene reflexionar a fin de encontrar un mejor
equilibrio entre su
formulación y su efectividad. Entre éstas, significamos:
El republicanismo nostálgico, con más referencias a la 2R, o a la
Transición
que pudo haber sido, que en propuestas de futuro, en un planteamiento
que corre
paralelo con esa idea que existe de la 2R como cosa del pasado.
Aunque, como
ya se ha comentado, los valores y logros de la 2R son un capital a
reivindicar sin
complejos de ningún tipo.
El republicanismo “borbónico”, o como lo queramos llamar, como aquel que
centra el grueso de sus posicionamientos públicos y prácticamente toda
su actividad
en cuestionar a todo lo que rodea al monarca -que es mucho- por
considerar que éste
es actualmente el punto clave de ruptura en la estrategia de cómo
avanzar hacia la
3R. >>> Aunque, como repetidamente ya se ha comentado, esta denuncia,
que es
justa, irrenunciable y completamente necesaria para desmontar todo ese
entramado,
no puede convertirse en el único o principal referente identitario o de
actividad,
olvidando el marco de los contenidos que dan verdadero sentido a la
alternativa.
El republicanismo académico, estético o de salón, dirigido a minorías
mas o
menos convencidas, limitado a las ideas y conceptos y mucho menos en el
compromiso organizado y de contenidos. >>> Aunque la aportación del
campo del
pensamiento es un componente necesario en el avance republicano.
El republicanismo estridente, con actos o expresiones de tono grueso en
contra de la monarquía que por su utilización mediática puedan restar
más que
sumar. >>> Aunque defendemos la libertad de expresión y consideramos que
tales“estridencias” pueden suponer un necesario y efectivo revulsivo rompedor
del actual
blindaje monárquico.
El republicanismo localista, preocupado principalmente por su entorno
mas
próximo, sin englobar la 3R como una alternativa global y solidaria para
el conjunto de
todos los pueblos. >>> Aunque las particularidades locales son elementos
claves a
considerar y respetar en la estrategia de avance hacia un modelo
federal.
El republicanismo simbólico, limitado a la simple exhibición de la
tricolor, el
himno de Riego, o a meros lemas agitadores aislados de su contexto. >>>
Aunque la
lucha por la presencia pública de nuestros símbolos y lemas son parte
ineludible de
nuestra identidad mediática y del combate por la hegemonía.
Junto a la superación de éstos y otros retos se requiere tener también
en cuenta
determinadas situaciones del devenir político que, según como se
desarrollen, pueden
suponer un verdadero riesgo, aunque también una oportunidad, para el
avance de las
ideas republicanas. Entre éstas, reseñamos como más cercanas, las
siguientes:
El modelo de salida de la crisis económica y el conflicto social como
posibilidad objetiva de dinamizar una alternativa al actual sistema.
La necesidad de impulsar una amplia convergencia de la izquierda
política y
social, en base a unos ilusionantes contenidos de carácter republicano,
que
proporcione respuesta a la hegemonía de la derecha y a la crisis de la
socialdemocracia, contribuyendo a crear las condiciones para un cambio
real.
La anunciada, limitda y de momento aparcada reforma de la Constitución
(línea
de sucesión, reforma del Senado, etc.) deberá ser una oportunidad para
provocar un
debate social republicano aunque el complejo y prácticamente insalvable
mecanismo
de reforma de la Constitución impida de hecho (Art. 168)cualquier cambio
real del
sistema con contenidos de mas calado, tal como sucedería con los de una
alternativa
republicana.
La sucesión de Juan Carlos que inexorablemente va a estar presente en un
horizonte temporal, requiere del movimiento republicano de una acción
decidida en la
urgente y necesaria articulación de la alternativa con la que tendrá que
confrontarse
en un momento histórico cuya resolución marcará un antes y un después en
el avance
de nuestra propuesta.
FRENTE A TODOS ESTOS RETOS, nada despreciables, se encuentra la pujante
efervescencia de la actividad y el sentimiento republicano con una
creciente
participación de la juventud, con el aumento de la opción República en
encuestas, la
proliferación de actos e iniciativas de todo tipo por la geografía
nacional, la aparición
de continuas grietas críticas sobre la Monarquía y el monarca, etc. Y
junto a ello, la
voluntad y el convencimiento de los que nos sentimos republicanos por
dar un salto
cualitativo, organizativo y de propuesta para superarlos y luchar por
nuestros ideales.
5) CÓMO TRAER ENTONCES LA III República ?
Si se han analizado los más importantes temas de actualidad; si se ha
definido el
modelo de República que propugnamos y si éstos son algunos de los retos
a superar,
procede, por tanto, plantearse la pregunta de cómo traer entonces la
III República.
Para ello, debemos tener claro que junto a la idea directriz basada en
una ruptura
con el sistema actual y tener a la República como el referente básico
donde
converger los objetivos de las fuerzas políticas y sociales
alternativas, se requiere
aglutinar una amplia mayoría social, con voluntad de hegemonía cultural
y
política, alrededor de un potente argumentario de contenidos concretos y
una
clara línea de acción, que permitan vencer el pensamiento único
neoliberal y los retos
mencionados relacionados con el republicanismo.Para ello, consideramos necesario dar un salto cualitativo en
planteamientos
tradicionales que, formulándolos de manera sencilla, consistirían en
pasar:
-
Del sentimiento republicano >>> A la organización y la acción.
-
De las proclamas y los conceptos >>> A las propuestas programáticas
concretas.
-
De las múltiples iniciativas >>> A impulsar un referente político-social
y
avanzar en un Proceso Constituyente.
En esta línea de pensamiento, planteamos apostar por las siguientes
cuatro líneas
de trabajo, no siendo las únicas, sobre las que debemos articular la
actuación en cada
realidad concreta.
1)“PEDAGOGÍA” REPUBLICANA
Este es un aspecto fundamental para el que se precisa disponer de un
potente
argumentario sobre los conceptos, contenidos y mensajes de la III
República que
propugnamos. A lo largo de este documento se han aportado elementos para
llevar a
cabo esta “pedagogía”, y a ellos nos remitimos, como herramientas para
el debate
social en favor de la República como modelo a alcanzar.
Combatir el pensamiento al uso de forma argumentada requiere igualmente
de
cualquier iniciativa que permita “republicanizar” la actualidad, en los
medios y
en la sociedad, como punto para la acción que sirva, además, como
denuncia para
desenmascarar este sistema, a las fuerzas de cualquier signo que le
prestan su apoyo,
y a la monarquía y al monarca como su institución representativa.
En este sentido, podemos indicar como ejemplos de iniciativas
existentes, la edición
de publicaciones de todo tipo (como el boletín “Criterios Republicanos”
de UCR), el
mantenimiento de páginas en Internet (como la página web de UCR),
programas de
radio (como “La Hora de la República” que emitimos desde Radio
Vallecas), de tipo
cultural (como el “Taller de Historia Contemporánea”), lugares de
encuentro y de
difusión de la cultura del republicanismo como los Ateneos Republicanos,
Redes
Sociales de todo tipo, y otras muchas iniciativas por toda la geografía
nacional.
Sin olvidar mantener la atención, participación y apoyo a la presencia
pública en
actos conmemorativos, manifestaciones, congresos, jornadas de estudio,
etc. que
permitan difundir nuestra alternativa, “republicanizando” y sumando
voluntades,
principalmente entre la juventud, en favor de una ciudadanía libre e
informada.
Esta pedagogía del pensamiento y de la acción en lo público precisa
estar en
coherencia con una ética, y comportamiento en lo personal de aquellos
que nos
sentimos republicanos para que sirva también de referente de esta
alternativa.
2) PROPUESTAS Y CONTENIDOS CONCRETOS
El segundo punto es precisamente el ya comentado de la necesidad de
desarrollar
de forma más amplia y concreta los ejes programáticos de la 3R. En su
elaboración se precisa recabar la más abierta y activa participación de
personas,
colectivos e instituciones que resulte en un apoyo social mayoritario y
hegemónico
como instrumento para el debate social frente a propuestas republicanas
que puedan
provenir incluso de sectores de la derecha.
Los ejes que proponemos, u otros a considerar, son un buen punto de
partida
donde articular esta línea de trabajo a fin de llenarlos de un contenido
más concreto.
3)ORGANIZACIÓN PARA LA ACCIÓN
Es una necesidad objetiva articular una amplia confluencia organizativa
republicana que, respetando las especificidades propias de cada caso, y
partiendo de
las organizaciones o colectivos existentes u otros que surjan, permita
establecer una
política de acuerdos en base a unos puntos mínimos programáticos y un
plan de
actuación en el tiempo.
Es igualmente necesario el apoyo, compromiso y la presencia de la
alternativa
republicana en la movilización y el conflicto social, a través de una
actividad
transversal de amplio espectro sobre el conjunto de movimientos
sociales, foros
públicos, fuerzas políticas y sindicales, instituciones, personalidades
independientes,
intelectuales, etc. de forma que la convergencia del trabajo en estos
sectores y en la
movilización social, especialmente en el movimiento obrero, junto con el
avance en
fórmulas de la confluencia mencionada en el movimiento republicano,
supongan el
más firme germen para forjar la mayoría social necesaria para la
III República.
Junto a ello, mantener la lucha por la plena recuperación de la Memoria
Histórica
como un elemento estratégico de significación de ruptura con la
Transición y con el
actual modelo constitucional.
En todo este marco, resulta imperioso impulsar la existencia de un
referente
político-social republicano del mas amplio carácter unitario con
capacidad de
interlocución y con incidencia mediática sobre la realidad diaria. Un
referente
cuya principal misión a corto plazo debe ser la de dinamizar la
presencia pública de la
alternativa, sin descartar que en otro momento, y sólo después de
madurada opción,
pudiera también servir de instrumento para articular una propuesta
electoral de
neto carácter republicano, cuestión sobre la que pensamos que aun no
existen
condiciones para ello.
4)PROCESO CONSTITUYENTE REPUBLICANO
Todo este proceso de avance hacia la III República, haciendo “pedagogía”
republicana,
sumando ciudadanía, denunciando a la monarquía, concretando los
contenidos
programáticos, procurando la confluencia organizativa republicana, la
presencia en la
movilización social, disponer de un referente político-social, etc., no
son sino
elementos de un Proceso Constituyente que precisa desarrollarse como
urgente y
necesario a través de múltiples iniciativas de todo tipo.
Así, el apoyo a iniciativas mediáticas como las anteriormente
mencionadas, o a nivel
institucional como la Red de Municipios por la III República, junto con otras a
explorar, como,
por ejemplo, la de establecer una red de Ateneos Republicanos con
sinergias de
funcionamiento, o la de una actuación institucional de forma organizada
a nivel de
todo el Estado para actuaciones concretas de carácter republicano, o la
elaboración de
contenidos republicanos que incorporar en próximas convocatorias
electorales, etc,
deben ser motivo de atención por su importancia en el próximo periodo.
En este sentido, y para dinamizar los distintos frentes de este Proceso
Constituyente, creemos necesario llevar a cabo un Encuentro Republicano
a nivel
general, con su traslación al nivel local que proceda, que cuente
inicialmente con la
participación de las organizaciones y personas que se puedan considerar
mas afines
con la propuesta que hemos expuesto y que ofrecemos como base de partida
para un
debate abierto orientado a:
(1) Enriquecer las iniciativas y el argumentario de la
alternativa republicana.
(2) Avanzar en el desarrollo de su contenido
programático.
y
(3) Articular la confluencia organizativa del movimiento republicano por
medio de
puntos de acuerdo y para la acción. Consideramos que esta iniciativa es
de especial
importancia por el importante impulso que puede suponer hacia la
III República.
En resumen, este Proceso Constituyente, que se tiene que ir
desarrollando día a
día, tiene como fin más concreto crear las condiciones que posibiliten
en un futuro
próximo la convocatoria de un referéndum entre Monarquía y República y,
en su
caso, la consiguiente proclamación de una Asamblea Constituyente de la
III República cuyos
contenidos programáticos, en línea con los indicados, deberán contar
para entonces
con un amplio consenso social, aunque su defensa seguirá requiriendo del
apoyo y
correlación de las fuerzas de progreso que apoyen esta alternativa.
Sobre este Referéndum, una pequeña reflexión final en el sentido de que
su petición
en estos momentos como prioritaria o descontextualizada del marco
general
expuesto, puede suponer un error táctico que refrende el actual estatus
monárquico
mas que un elemento dinamizador de un debate sobre el mismo, al no
existir ni una
libertad real de información y debate en condiciones de igualdad ni la
necesaria
articulación política y social republicana que pudiera gestionar de
forma efectiva un
hipotético “NO” a esta monarquía.
Es por ello que pensamos que esta reivindicación, siendo justa y
necesaria, debe
plantearse imbricada como parte de un Proceso Constituyente como el
mencionado
donde una ciudadanía libre, informada y organizada pueda tener la
posibilidad de
manifestar la opción que le fue negada durante la Transición.
6) Y AHORA, EN RESUMEN, QUÉ HACER?
Tal como se indicaba al principio, este documento ha tratado de
presentar de forma
abierta y plural una serie de planteamientos de la alternativa
republicana para, entre
todos los interesados, enriquecer el debate sobre cómo avanzar en la
Construcción de
la III República. En este sentido se ha pretendido cubrir dos áreas de atención:
(1) A partir de una reflexión sobre los mas importantes temas de
actualidad,
proporcionar un argumentario para el debate social a la vez que
presentar la
propuesta republicana y el planteamiento programático que propugnamos.
(2) Fijar puntos sobre los que articular la actividad propia de UCR, en
el movimiento
republicano y en la sociedad.
En síntesis, las líneas maestras sobre el “qué hacer” que resultaría de
todo este
planteamiento serían, ya para finalizar, las siguientes:
− Articular a través de múltiples iniciativas mediáticas la “pedagogía”
y la
“republicanización” frente al pensamiento único y el modelo existente.
− Mantener la presencia transversal de nuestra propuesta en los
movimientos
sociales alternativos, en el conflicto social, en la recuperación de la
Memoria Histórica, en el mundo de la cultura, etc.
− Favorecer una amplia convergencia de las fuerzas de la izquierda
política y
social existentes en torno a un ilusionante programa de contenido
republicano,
− Enriquecer el argumentario y desarrollar los contenidos programáticos
concretos de la propuesta por la III República.
− Impulsar la confluencia del movimiento republicano con una política de
acuerdos y por la consolidación de un referente político-social
alternativo.
− Promover en corto plazo la convocatoria de un Encuentro Republicano de
las
características reseñadas donde poder tratar sobre éstos y otros temas.
A PARTIR DE TODO LO EXPUESTO, en UCR nos queda un siguiente reto y es el
de traducir estos planteamientos a puntos de acción concretos en
nuestros
inmediatos planes de trabajo que, adaptados a cada entorno en sus
distintos
niveles y organizaciones territoriales, nos permitan avanzar en nuestro
objetivo
central que no es otro que
LA CONSTRUCCIÓN DE LA TERCERA REPÚBLICA.
UNA REPÚBLICA FEDERAL, LAICA, PARTICIPATIVA Y SOLIDARIA,
PORQUE LA TERCERA NO VENDRÁ, HAY QUE TRAERLA.
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Si lo deseas,
puedes
enviar tus aportaciones al presente documento a Unidad Cívica por la
Republica.
Alameda, 5. 2º
Izda. Madrid 28014
o a la dirección de
Correo
electrónico
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