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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

Las guerras de los Centelles.  La colección del fotógrafo catalán acaba en el Archivo de Salamanca

Ernest Alós 

El Periódico  1 de Diciembre de 2009

 

 

       Las fotografías de la guerra civil que Agustí Centelles escondió durante casi 40 años en Francia han acabado vendidas por sus herederos al Ministerio de Cultura con destino al Archivo de Salamanca, donde al fotógrafo se le cerraron las puertas cuando quiso comprobar si estaban allí las muchas otras imágenes que no pudo salvar del expolio franquista: es el final sorprendente de una larga historia cargada tanto de amargura como de enconados regateos.

      Centelles, inhabilitado por el franquismo, solo recuperó sus 10.000 negativos exiliados en 1976. Dio a conocer su obra y se ganó la admiración de las nuevas generaciones pero no los reconocimientos de la Catalunya oficial a este masón y militante del PSUC que, dolido, vio la mano de Jordi Pujol tras este silencio: ni una Creu de Sant Jordi, ni una exposición antológica, que solo se celebró en 1988, tres años después de su muerte, gracias a Caixa Catalunya, y en el año 2006, con mucha mayor ambición, a cuenta del Ayuntamiento de Barcelona.

      Lograr el reconocimiento que no acabó de recibir en vida fue una tarea pendiente que asumieron sus hijos, Sergi y Octavi. Y en los dos últimos años parecía que habían conseguido su objetivo: desde diversas instancias de la Generalitat (la Conselleria de Cultura, el Institut Ramon Llull, Santa Mònica y el Palau Robert) se organizaron y apoyaron exposiciones en México, París y Barcelona y se propuso la compra del archivo Centelles con destino al Arxiu Nacional por 500.000 euros, junto con la organización de una muestra en Nueva York.

Detalle de la exposición ‘L’atzar i la memòria’, dedicada por EL PERIÓDICO a Centelles en el 2008. Foto: xavier gonzález

Detalle de la exposición ‘L’atzar i la memòria’, dedicada por EL PERIÓDICO a Centelles en el 2008. Foto: Xavier González

Los hermanos Sergi y Octavi Centelles. Al fondo, imagen de la antológica dedicada a Centelles en el año 2006 en la Virreina. Foto: xavier gonzález

Los hermanos Sergi y Octavi Centelles. Al fondo, imagen de la antológica dedicada a Centelles en el año 2006 en la Virreina. Foto: Xavier González

 


 

       Pero las conversaciones avanzaban demasiado lentamente para los Centelles cuando entró en escena Joaquín D. Gasca, que ahora los representa. «Apareció explicando a los Centelles que podían conseguir mucho dinero porque los Testigos de Jehová habían impreso una foto de los bombardeos de Lleida en millones de ejemplares de Atalaya, dejaba entender que tenía buenos contactos con la vicepresidenta De la Vega y con la ·Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior», explica una persona conocedora del aterrizaje de esta persona en el entorno de los Centelles. Y el recelo de años seguía sin haber desaparecido, al tiempo que las condiciones económicas planteadas a la Generalitat se endurecían progresivamente, aunque según Gasca el argumento definitivo sea el desinterés del Govern por reivindicar a Centelles y no los 200.000 euros que separan la oferta de Madrid y la catalana.
«Los calés han conseguido lo que no consiguió el franquismo», lamenta en cambio Josep Cruañas, miembro de la Comissió de la Dignitat, que ha luchado por la devolución de los papeles de Salamanca. «Lamentamos –añade Cruañas– que el Gobierno compre las fotografías para maquillar la realidad del archivo como instrumento de represión». «Ahora que habíamos conseguido que Centelles volviese a figurar en el lugar que le corresponde es un desastre que el fondo que representa la memoria gráfica de la guerra civil desde Catalunya no se pueda quedar aquí», añade Jordi Martí, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.
Improbable rectificación
Llegados a este punto, no está claro que la declaración de patrimonio histórico catalán de las fotos por parte del conseller Joan Manuel Tresserras bloquee la compra por parte del Ministerio de Cultura. Pero una remota vía de negociación aún queda abierta, confían las instituciones catalanas, aunque desde la conselleria se confiesan «sorprendidos y molestos» por lo sucedido. Mientras, el ayuntamiento «se ha ofrecido a colaborar –apunta Martí– para resolver a favor de Catalunya este asunto».
Pero el estado de los ánimos no parece el necesario. El nuevo representante de los Centelles promete una rueda de prensa virulenta contra la Generalitat en los próximos días. «Y no aceptaremos preguntas: si los periodistas quieren, que le pregunten al señor Pujol por qué no dio la cruz de Sant Jordi», declaró a este diario Joaquín D. Gasca.
Aunque en la decisión final hay otros elementos. «Esto es el mercado libre», aclaró Gasca, que se ha presentado ante la Generalitat como gerente de una embrionaria Fundación Centelles.

 
 

 

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