LOE: ESCUELA PÚBLICA, ESCUELA PRIVADA,
RELIGIÓN Y PACTO [1]
Francisco Delgado
Europa Laica
Junio
2005
Desde la LODE (1985)
hasta, incluso, la LOCE (2002), los centros docentes se vienen
clasificando en públicos y privados, una parte muy importante de los
privados conciertan con el Estado las enseñanzas básicas y
obligatorias.
Pero con la LOE entramos en una nueva modalidad: Se propone una
clasificación diferente: Centros públicos, centros concertados y
centros privados. Como si los concertados no tuvieran titularidad y
gestión privada e ideario propio. Por fin, la iniciativa privada
católica, ha conseguido, a base de presiones y amenazas, el objetivo
por el que venía luchando, desde hace muchos años: Que sean
considerados al mismo nivel que la escuela de titularidad pública,
con todos los medios a su alcance, dando más "servicios" y
"seguridad" a las familias que los públicos y situados en las zonas
de las clases medias, para así tratar de arrinconar a la escuela
pública al ámbito rural y a las zonas más desfavorecidas, con el fin
de situarlos en la tercera Red y que cumplan una función marginal y
benéfica en un futuro no muy lejano, de no remediarse antes.
Desde la época de la dictadura, los centros de iniciativa privada,
en especial la de ideario y titularidad católica (hoy representa al
80% del conjunto), vienen presionando para que sean consideradas
como de iniciativa social, con la única finalidad de crecer, frente
a la de titularidad pública y a costa de ésta (como viene
ocurriendo, en la última década, en algunas CC. AA.). Esa finalidad
tiene como único objetivo el proselitismo religioso católico y el
negocio. Paralelamente a ello, algunos de sus centros (un puñado,
que les sirven como coartada) se sitúan en barrios y zonas
desfavorecidas, con la finalidad de expandir la tan manida "caridad
cristiana".
Y es que los poderes públicos españoles, en el ámbito de los
derechos fundamentales, no andan "muy finos": Tienden a privatizar
servicios de derecho universal, como la sanidad y las pensiones...
y, en el ámbito educativo, además, lo van "cediendo" a una concreta
confesión religiosa: Rompiendo principios básicos de nuestro
ordenamiento constitucional, como son los principios de igualdad,
democracia y laicidad.
Para conseguir estos objetivos necesitan, tanto el Gobierno, como la
Conferencia Episcopal, de un denominado Pacto Social a "su medida".
Y no un Pacto de Estado, en el que se considere, como fundamental y
prioritaria, a la Red Pública, en el que se de estabilidad y
financiación al Sistema, en el que se remuevan todos los obstáculos
que, hoy por hoy, imposibilitan renovar y flexibilizar el Sistema
Educativo a todos los niveles... Necesitan de un Pacto a la "medida
de la iniciativa privada" y "al interés de ciertos sectores
políticos", y que tenga como finalidad el ir arrinconando a la
escuela pública.
Como estrategia (publicitaria y maniquea) se promueve que los
centros privados concertados acepten a inmigrantes, discapacitados y
sectores marginales (..?) (como si eso no fuera, hoy, una
obligación). A cambio se les dotan de todos los medios públicos, se
les aumentan las ayudas y apoyos, se les financia las enseñanzas no
obligatorias... (infantil y bachilleratos) ahora, eso si, conservan
la titularidad, el ideario (católico) y una gestión jerarquizada de
funcionamiento. Todo ello a costa de los medios y crecimiento de la
Red Pública.
Bajo los equívocos preceptos de "libertad de elección de centro" y
de "iniciativa social", las distintas órdenes religiosas católicas
siguen creciendo en el ámbito de la enseñanza, amparándose en una
dejación, por parte de los poderes públicos, de sus obligaciones
constitucionales en este campo, para ello ofrecen servicios
"completos" a las familias de clase media, desde la educación
infantil hasta la Universidad, en, general, en un mismo centro.
Mientras, la enseñanza pública, aunque es de más calidad,
transparente y democrática, ofrece menos servicios, da una imagen de
dudosa atención al alumnado y una excesiva movilidad del alumnado a
diferentes centros. Lo que hace que una parte importante de las
clases medias "prefieran" la enseñanza de titularidad privada,
aunque sea confesional y menos democrática y transparente. Esto lo
"cambian" por lo que se denomina "seguridad" y "éxito" en el
concepto neoliberal e hiper-competitivo de la sociedad que,
desgraciadamente, estamos construyendo.
Con esta filosofía los poderes públicos, tienen todas las
"bendiciones" para frenar el crecimiento y mejora de la escuela
pública. Filosofía que pretende implantar la LOE y que puede acabar,
en un futuro no muy lejano, con una Red pública fuerte, cuyo
funcionamiento y señas de identidad, garanticen y sean el eje básico
de la compensación de las desigualdades individuales y colectivas,
en una sociedad democrática.
Para mayor apoyo al clero católico, la LOE pretende dejar los temas
de la enseñanza de la Religión en todas los centros de enseñanza tal
y como están ahora. Es decir segregando al alumnado en función de
las creencias o convicciones personales de sus familias, para
cumplir unos Acuerdos con el Vaticano que, a todas luces, van en
contra de todo nuestro ordenamiento constitucional y de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Para ello, desde algunos sectores políticos y sociales, están
impulsando un sesgado y maniqueo Pacto Social, en mi opinión
inadecuado y alejado de lo que debería de ser un verdadero Pacto de
Estado de estabilidad y democrático, como hemos venido reclamando,
reiteradamente.
Necesitamos una Ley que garantice un Sistema Educativo estable y
flexible, adaptada a los nuevos tiempos del conocimiento y la
información; que impulse fuertemente a la escuela pública y la
democratice; con un profesorado preparado, ilusionado y
comprometido; que se adapte al medio rural y al urbano; compensador
e integrado, inclusivo y, realmente, laico; financiado, como mínimo,
en los niveles de la media de la UE y de la OCDE; y que los centros
de titularidad privada, que se acojan a los conciertos, tengan todas
las garantías de control público y social.
Una chapuza más nos retrasaría otra década respecto a Europa.
Notas
[1] Artículo ya publicado en Escuela Española.
Su autor nos lo ha remitido: por si nos interesaba publicarlo. El
tema viene muy a propósito para este número de Crisis.
El lector podrá comprobar por qué nos ha interesado.
[2] Francisco Delgado fue Diputado Constituyente; ha sido
también presidente de CEAPA, y, en la actualidad, es miembro del
Consejo Escolar del Estado. Es autor del libro La
escuela pública amenazada, Ed. Popular, 1997.