Eduard Rodríguez Farré sobre vacunas, vacunación y salud
pública
Salvador López Arnal
UCR
6
de Febrero de 2010
Una
conversación con “Las vacunas son efectivas para
prevenir las enfermedades infecciosas aunque no todas
las enfermedades infecciosas pueden tener vacunas. Que
lo tengan depende enormemente del tipo de
microorganismos de que se trate […] hay que señalar, lo
hago ya de entrada pensando en sus detractores que no
son pocos y no están callados, que gracias
fundamentalmente a las vacunas se han eliminado una
serie de enfermedades infecciosas que eran gravísimas
hasta hace pocos años”. (I)
Miembro
fundador del Comité Antinuclear de Catalunya (CANC) en
1977, Eduard Rodríguez Farré es médico especializado en
toxicología y farmacología en Barcelona, en
radiobiología en París y en neurobiología en Estocolmo.
Ha dirigido durante muchos años el Departamento de
Farmacología y Toxicología del CSIC en Barcelona. Como
experto en toxicología ha asesorado al gobierno cubano
en la epidemia de la neuropatía óptica, a la OMS en el
síndrome del aceite tóxico y a la Unión Europea sobre la
investigación en programas de salud pública y sobre la
Encefalopatía Espongiforme Bovina. Actualmente es
subdirector del Instituto de Investigación Biomédicas
August Pi i Sunyer del CSIC (Barcelona). Socio fundador
de la asociación Científicos por el Medio Ambiente (CiMA),
Eduard Rodríguez Farré es coautor (autor principal para
ser más preciso), junto este entrevistador, de Casi todo
lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía
nuclear en la salud y el medio ambiente, El Viejo Topo,
Barcelona, 2008 (con prólogo, presentación, epílogo y
notas finales de Enric Tello, Joaquim Sempere, Joan
Pallisé, Jorge Riechmann y Santiago Alba Rico). *
Empecemos por cuestiones básicas, Eduard, si no
te importa. ¿Qué es una vacuna? ¿Para qué son efectivas
las vacunas?
Las vacunas son efectivas para prevenir las
enfermedades infecciosas aunque no todas las
enfermedades infecciosas pueden tener vacunas. Que lo
tengan depende enormemente del tipo de microorganismos
de que se trate. Sea como sea, hay que señalar, lo hago
ya de entrada pensando en sus detractores que no son
pocos y no están callados, que, fundamentalmente,
gracias a las vacunas se han eliminado una serie de
enfermedades infecciosas que eran gravísimas hasta hace
pocos años.
Por ejemplo…
Un médico actual, un médico joven, no ha visto
morir a la gente de difteria, ni de tosferina, ni de
fiebres de Malta, ni de toda una serie de afecciones que
era muy corrientes en los años cincuenta o sesenta.
Además, hay que insistir, lo único que ha permitido
eliminar totalmente una enfermedad que causaba alta
mortalidad en el planeta, estoy hablando de la viruela,
ha sido la vacunación. De hecho, la palabra “vacuna”
proviene del término viruela.
Hablamos de la viruela un poco más tarde si te
parece. ¿Quién y cómo se obtuvo la primera vacuna?
La primera vacuna que se obtuvo por Edward Jenner
en Inglaterra, a finales del XVIII, principios del XIX,
es realmente la viruela que padecen las vacas. A partir
de las pústulas que había en las vacas, Jenner observó
que los vaqueros que las ordeñaban no tenían nunca
viruela cuando había epidemias de viruela. Conviene
decir y recordar que las epidemias de viruela mataban
millones de personas al año en todo el mundo y hasta no
hace tantos años, hasta los años cuarenta o cincuenta
del pasado siglo XX, todavía había brotes de viruela en
los países que no estaban vacunados como en muchos
países de África y en muchos lugares de Asia.
¿Y qué tipo de teoría estaba detrás de la
hipótesis de Jenner?
La observación de Jenner es una observación empírica, no
había concepto de virus ni de bacteria en su época. Es
una observación clínica: ve que las personas, los
campesinos y ganaderos que ordeñan las vacas, que
presentan pústulas parecidas a las de la viruela, por
eso se llama vacuna, de vacuno, nunca padecen la
enfermedad. Y entonces se le ocurrió, sin gran
fundamento teórico detrás, que acaso inoculando líquido
de las póstulas de las vacas a las personas podría
llegarse a protegerlas como pasaba con los vaqueros. De
hecho, así fue, tal como él pensaba.
º Existe, de todas formas, también una antiguo
precedente. Siempre nos fijamos en nuestra medicina, en
la medicina occidental, por decirlo rápido y mal, pero
en la medicina china era también conocido, desde
probablemente hace más de mil quinientos años…
Hablas del siglo V o VI.
Sí, efectivamente, hablo de esa época. Era
conocido, decía, que las costras de las póstulas de la
viruela de las personas que la padecían o morían de
ella, si se inoculaban en la nariz de los niños,
fundamentalmente, también protegía de la viruela. Ese
era uno de los sistemas clásicos. Pero,
desgraciadamente, como sabes, el conocimiento de la
historia china sigue siendo realmente muy débil entre
nosotros. Los sinólogos no son muy abundantes entre
nosotros. La inversa no es cierta.
De acuerdo, de acuerdo, la inversa no es cierta:
el interés de la ciudadanía china por nuestros
desarrollos científicos es incomparablemente mayor.
Vuelvo al tema. Este, el que has descrito, sería el
concepto originario.
Efectivamente. Lo increíble es que la primera arma
eficaz contra una enfermedad, un procedimiento
científico que ha permitido eliminarla, haya tardado
unos dos siglos en conseguirlo. ¿Por qué?
¿Por qué, te pregunto?
Porque de entrada fue controvertida la cuestión y,
precisamente, en el lugar donde nace el concepto de
vacunación es el lugar donde nace la oposición a la
vacunación en el siglo XIX . Las revistas inglesas de la
época, Punch por ejemplo, estaban llenas de
dibujos satíricos contra la vacunación de Jenner. En
algunos de ellos, se ve a personas a que les salen los
cuernos de las vacas.
Sin embargo, curiosamente, y el tema es poco conocido,
uno de los grupos que vieron rápidamente su efectividad
y que fueron grandes diseminadores de la vacunación
fueron los científicos españoles de aquella época.
Aunque normalmente se considera la ciencia española que
no existe para muchas personas, realmente no es así.
Nature precisamente, hace pocos meses, usaba la
expresión “época de plata de la ciencia española” para
referirse a la época de la Ilustración española, la
segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX hasta
la ocupación napoleónica a partir de la cual todo
nuestro país, permíteme la expresión, se fue al carajo.
En esa época sucedió algo que, en mi opinión, debería
explicarse en colegios e institutos, e incluso en
centros universitarios, la expedición de Balmis.
¿En que consistió?
Fue a principios del siglo XIX. No puedo precisar la
fecha. Acaso 1803, 1804. Fueron varias naves, era la
época de Godoy, del tan criticado Godoy… En aquellos
años, existía en nuestro país todo un cuerpo de médicos
ilustrados que aceptaron inmediatamente el criterio de
la vacunación: aquellas personas que se les inoculaba
las póstulas de la viruela de las vacas -era, insisto,
una observación empírica-, cuando acaecía una epidemia
de viruela no la padecían. Ese grupo de médicos
ilustrados organizaron una expedición para llevar a
América, y a todas las posesiones españolas de aquella
época, llegaron hasta Filipinas, la vacunación.
¿Y cómo lo hicieron?
En varios barcos pusieron niños... Hoy en día esto sería
muy mal visto, muy mal considerado claro está, pero en
aquella época se había visto que a los niños a los que
se les inoculaba la vacuna no les pasaba nada, pasaban
un poco fiebre pero nada más. Pero para poder mantener
las póstulas de la viruela lo que hacían era inocular la
vacuna a un niño; éste tenía una erupción pequeña
durante unos días y se le pasaba. De un niño se le
pasaba a otro y de estos niños, con la forma de la
enfermedad muy atenuada que determina la inoculación de
la vacuna de la viruela, llegaba a América en estos
niños y allí se iba vacunando a toda la gente.
¿Y no se negaron, no rechazaron algunas personas esta,
entonces, nueva terapia?
Sí, sí, hubo gente que se negó, es
cierto. Pero fijémonos bien en una cosa que es
realmente, si se quiere, el empirismo que al fin y al
cabo era una perspectiva que predominaba en la cuestión
de la vacunación y que en Medicina, en mi opinión,
siempre es importante… En Medicina las teorías, la
excesiva teorización siempre ha sido nefasta, muy
nefasta. El empirismo ha sido lo que ha hecho progresar
realmente la medicina desde Hipócrates hasta hoy en día.
El tan denostado empirismo como
progreso científico en el ámbito de la medicina… Pero
hablábamos, Eduard, de las reacciones de la ciudadanía
americana..
Exacto, exacto. Hubo gente, como decía, muy reacia
también a ser vacunada sobre todo por influencia
anglosajona . Nunca he entendido bien por qué los
anglosajones estuvieron en contra la vacuna. También fue
allí donde nacieron todos esos conceptos y movimientos
en contra de la experimentación con animales. El
antiviseccionismo ha sido una flor completamente
anglosajona desde el siglo XIX mientras que, en cambio,
matar a la gente no les preocupaba en exceso pero, por
el contrario, matar a un animal de experimentación sí.
No me extiendo sobre este punto.
Dejémoslo para otra ocasión si te
parece.
En América, una de las cosas curiosas que allí sucedió y
que cualquiera que consulte una hemeroteca podrá
comprobarlo, en los periódicos de la Habana, por
ejemplo, de mitad del siglo XIX, se puede leer la
noticia de que ha llegado al puerto el barco tal, que
probablemente era un barco del Marqués de Comillas, de
Antonio López, fletado con el dinero de los hermanos
Girona, de Manuel Girona y Sergi Girona. Con ese dinero
fletaban los barcos que hacían este comercio triangular
Barcelona, Guinea (la llamada Guinea Ecuatorial
española) y Cuba…
Comercio triangular... ¿Por qué esos tres vértices?
Como estaba prohibido el tráfico de esclavos lo que
hacían era salir de aquí, de España, de Barcelona, de
donde fueran con telas, tejidos, o con máquinas, lo
vendían en el camino, cargaban esclavos ilegalmente en
Fernando Poo y de allí se iba a Cuba. De Cuba volvían
con azúcar o con lo que fuese.
Cuando llegaban a La Habana salían en los diarios:
“diario de avisos y noticias: ha llegado el buque tal
con cincuenta esclavos del tipo que sea”. Los esclavos
de catalogaban, no soy insensible pero la realidad era
esa: si era un esclavo fuerte para trabajar; si era un
esclavo que llamaban de pajes, para llevar coches o para
lucir; o bien si eran esclavas guapas para satisfacer
deseos. Lo que era interesante era poder anunciar: “Se
venden treinta esclavos, todos ellos vacunados”. Y estos
tenían mejor precio, eran más caros.
Es decir, todo el mundo tenía claro.. Lo explico mejor:
el señor que compra un esclavo hace una inversión. Hay
que olvidarse de la imagen de la cabaña del tío Tom. Es
evidente que había brutalidades pero la mayor parte de
la gente que tenía un esclavo era un capitalista, y el
capitalista no mal barata el capital que ha invertido. Y
un esclavo era caro. Los esclavos vacunados se cotizaban
mucho más que los esclavos sin vacunar y a aquéllos los
vacunaban en el viaje de África a Cuba. Quien dice esto
dice de todos los otros aspectos.
Así, pues, por los senderos que has
dibujado sucintamente hubo prevención en América Latina.
La prevención que hubo de la viruela en América, en lo
que hoy en día se llama la América latina, lo que era la
América hispana en aquella época, fue uno de los mayores
avances en protección y prevención en medicina. La
viruela prácticamente, las grandes epidemias,
desaparecieron todas aunque no todo el mundo llegó a ser
vacunado evidentemente. Este es, en todo caso, el primer
ejemplo de la eficacia de una vacuna.
¿Quiénes desarrollaron las
siguientes vacunas?
Las siguientes vacunas, una vez adquirido el concepto,
fueron desarrolladas por alemanes y franceses. En
Inglaterra siempre hubo esta arista que he señalado,
esta reacción, eran reacios… y no sólo en Inglaterra, en
el mundo anglosajón en general, en Estados Unidos en el
siglo XX también. Muchos de estos grupos, digamos
generosamente críticos, que aparecen en España tienen
sus orígenes en movimientos anglosajones, en grupos
similares de Estados Unidos e Inglaterra. Siempre han
existido, va por épocas. En los años ochenta también
hubo una gran oleada partidaria de no vacunarse. Más
tarde, en el momento actual, también como es sabido.
El siguiente paso, como decía, fue la consolidación del
concepto, de la idea de que inoculando los “productos”
-en aquella época no se sabía su definición- a una
persona se podía prevenir la aparición de una
enfermedad. Luego se vio que realmente las bacterias o
los virus se podían modificar de tal forma que se
convierten en inocuos pero en cambio el organismo
produce anticuerpos que te previenen de la infección.
Todo esto fue sobre todo desarrollado en la segunda
mitad del XIX una vez ya se conocía la existencia de
microorganismos por Pasteur, por Koch, por Menchikov,
por inmunólogos de la época. Pasteur no era inmunólogo
pero desarrolló el suero contra la rabia, una serie de
vacunas… Fue el gran momento creativo de vacunaciones.
Pero, ¿cuál es en realidad actualmente el concepto de
vacuna?
Pues es tener un organismo, sea una bacteria, sea un
virus, modificarlo, prácticamente en muchas ocasiones
son muertos, no están vivos, lo que importa es que
queden las proteínas, en muchas ocasiones unas proteínas
propias del organismo que hacen que una vez inoculadas
nuestro organismo produzca -un mecanismo natural
totalmente-, nuestro organismo produzca anticuerpos que
destruyan esas proteínas. Si tú tienes una infección por
una bacteria, la difteria, el garrotillo que se llamaba,
del cual morían los niños ahogados, esta bacteria la
matas realmente, se pone a unas temperaturas
determinadas… Si tú en tu organismo tienes un anticuerpo
que es capaz de destruir una proteína de la bacteria,
has matado a la bacteria.
Y éste es un mecanismo de defensa
natural.
Efectivamente, éste es el mecanismo de defensa natural.
O sea, cuando nosotros tenemos una enfermedad y no
estamos vacunados, o nos morimos o producimos
anticuerpos. El organismo produce inmediatamente, el
sistema inmunitario más en concreto, los linfocitos, los
ganglios linfáticos, muchos mecanismos, es bastante
complejo el sistema, pero en seguida, ante un organismo
extraño, sea un virus, sea una bacteria, con los
parásitos la cosa es más complicada, se están
produciendo anticuerpos, que son también proteínas que
destruyen, que intentan destruir las proteínas de los
virus o de las bacterias que te han infectado.
Con la vacunación lo que se hace es sencillamente no dar
el organismo vivo sino dar parte de estas proteínas o el
organismo muerto pero que tu organismo propio reaccione
produciendo anticuerpos frente a aquel agente patógeno
que ya es completamente inocuo porque, fundamentalmente,
ya está muerto.
Eso ocurre con todas las vacunas.
Con todas ellas. El problema es que
hay enfermedades que no hay manera de obtener vacunas.
Las vacunas contra los virus es uno de los prototipos.
Hay vacunas antivirales altamente eficaces, la fiebre
amarilla por ejemplo. Yo me vacuno cada diez años contra
la fiebre amarilla porque voy a zonas tropicales. La
fiebre amarilla es gravísima ya que es mortal en gran
parte de las ocasiones. Pero el virus de la fiebre
amarilla es, lo que llamamos, un virus constante, un
virus que lo miras ahora o lo miras entro de diez años y
sigue teniendo la misma estructura.
Quien dice la fiebre amarilla dice la viruela. La
viruela ha sido un gran éxito…
¿Por qué?
Porque es la primera enfermedad que se ha erradicado de
este planeta. Desgraciadamente, estoy convencido de
ello, siguen teniendo depósitos de ella los Estados
Unidos, siguen teniendo depósitos los rusos; los
británicos y los franceses se lo callan pero seguramente
también los tienen cuando, por el contrario, la OMS
había pedido para 2000 que se destruyesen todos los
depósitos de viruela.
Seguimos por este sendero si te
parece pero dejémoslo aquí hasta la próxima entrega
Eduard.
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