La reina desnuda.
Jesús Emiliano Rodríguez Calleja.
UCR
7
de Febrero de 1010
La imagen desnuda de la reina Mariana de Austria, esposa
de Felipe IV, paseándose desnuda en la parte trasera de
autobuses urbanos de la ciudad de Murcia, ha sido de lo
más visto en los pasados días, así como de una enorme
polémica. La fotocomposición mantiene el rostro original
de la reina, pintado por Velázquez, sobre un escultural
cuerpo, de modelo desconocida, que tan sólo luce en sus
muñecas los adornos velazqueños de unos lazos rojos. A
la polémica contribuye un título que dice: “Crisis? Qué
Crisis?”
El objetivo de esta polémica imagen y otras, es dar a
conocer el arte que se realiza en la región murciana y
por descontado que lo han conseguido. La crítica, por lo
general, no se detiene en la estética de la imagen, ni
en analizar el mensaje. Se la define como inmoral,
exhibicionista, trivial, sexista, inapropiada y sacada
de contexto. Estéticamente, se mire por donde se mire y
cómo se mire, es un logro, salvo para los mismos
mojigatos de siempre. Inmoral, no puede ser tanto, o al
menos igual, que las Venus de Tiziano, Velázquez o la
Maja desnuda de Goya. Exhibicionismo, pues tanto como el
de las anteriores obras mencionadas cuando se muestran
en documentales o en exposiciones itinerantes. En lo
referente a que está sacada de contexto, no llego a
entender muy bien si lo que se quiere decir es que las
obras de arte, han de permanecer ocultas en un museo o
galerías privadas, o si es un atrevimiento mostrarlas
en la calle, pegadas a la trasera de un transporte
urbano. Los que la tachan de sexista, de inicio ya topan
con que la autoría pertenece a una mujer, aunque es
cierto que en esto del desnudo, puede faltar valentía, o
paridad entre sexos, y bien se podría haber hecho lo
mismo con un retrato de Felipe IV, conservando su rostro
velazqueño sobre un cuerpo de modelo desnudo varonil
(por ejemplo el de Cristiano Ronaldo, dirían ellas) y en
este caso no se si la autora se habría atrevido y dudo
mucho que los responsables de la muestra, autorizasen
su exposición, aunque acaso el debate hubiese sido
mayor.
La imagen que pasean los autobuses, se enfrenta a los
viandantes y conductores de manera inesperada y fugaz y
algunos murcianos ya han dicho que no mejora el
servicio, pero alegra la vista. Otros piensan que donde
realmente se está desnudo es en comprender el arte, la
cultura y en la tolerancia y los más, que crisis es la
que estamos padeciendo. La primera explicación que se ha
dado, tras la polémica, del texto: “Crisis? Qué
crisis?”, es la de una reina que asistía a la
desaparición de un Imperio, pero si la frase la
trasladamos al pensamiento de la reina de la imagen,
podría llevarnos a un amplio análisis y reflexión y por
qué no, pensar que ella se está preguntando: ¿qué
crisis?, no ven que estoy estupenda, y además liberada
de aquellos trajes negros y tristes que eran la moda en
una Corte lúgubre y llena de intrigas palaciegas. En
cuanto a la composición, la autora ha seguido la misma
metodología que Velázquez, a partir de un modelo colocar
la cabeza real, y mientras que la modelo de Velázquez
posaba envuelta en un sinfín de enaguas y miriñaques, la
de la actualidad mostraba su anatomía perfecta al
objetivo de una cámara y a ambas, se les añadió la
misma cabeza, la de Mariana de Austria.
Qué crisis?. Parece decir la reina pese a perder un
Imperio. Han pasado más de tres siglos y medio y de la
misma forma que yo me he puesto al día y he salido del
museo, también ahora lo conseguiréis y prueba de ello es
lo rejuvenecida y hermosa que estoy. Pues eso, pese a
los malos momentos, confiad en vosotros mismos, saldréis
de esta y ojala pronto os veáis tan bien como me veis a
mí y que esto valga tanto para reinas (mujeres), como
para reyes (hombres).
La muestra se acompaña con otras dos imágenes. En una se
puede ver al Conde-Duque de Olivares cabalgando sobre
una lata de cerveza y nadie se ha detenido en analizar
esta simbología que combina político y bebida. En la
otra, se observa a dos guardias civiles deteniendo a una
pintura de Picasso y tampoco se ha analizado el mensaje
que puede conducirnos a época de represión y censura.
Sin duda estas dos últimas fotocomposiciones tienen un
mensaje y análisis más profundo y, o no interesa entrar
en él, o es debido a una falta de preparación y
desconocimiento para entender el arte. Por eso se ha ido
a lo simple y todo por ver a una reina desnuda, con
cuerpo de modelo, mostrando toda su intimidad. ¿Cuántas
veces los transportes públicos pasean propaganda de mal
gusto, nada creativa, hiriente, engañosa y sacada de
contexto, sobre todo en campañas electorales y esos
políticos que ahora critican se hinchan como pavos
cuando se ven reflejados por doquier?.
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