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No consiento que se hable mal de Franco en mi

 presencia. Juan  Carlos «El Rey»   


 

La Familia Real y los nueve millones de euros

Saúl Ortiz

extraconfidencial.com de Enero de 2010

 

Seguirán chupando del bote. Es ley de vida. Para ellos y para nosotros. Cada año por estas fechas me recorre una especie de impotencia, crispación y hasta desazón cuando me entero que la Familia Real, con Juan Carlos de Borbón a los mandos, percibirán cerca de nueve millones de euros como asignación. La misma cantidad que el anterior año y dos cientos mil euros más que hace dos años. Es abusivo, por mucha sangre azul que les corra por las venas y mucho papel institucional (cada día menor) que tengan en nuestra sociedad.

Sí, es cierto que en ocasiones contadas, como en el golpe de Estado de Tejero, Su Majestad jugó sus cartas de la mejor manera -¡sólo faltaba!-, pero eso no le da derecho a hacerse rico mientras algunos de sus compatriotas lloran de pobreza e inanición. Argumento que puede sonar populista y pueril pero que no es más que el reflejo de nuestra sociedad.
No sólo eso, me gustaría saber qué pensaría la gran masa si supiera que de esos nueve millones de euros no deberán descontarse algunos gastos como sueldos de funcionarios eventuales que trabajan en la mansión real (más de seis millones de euros), y otros gastos corrientes (más de trescientos mil euros).
Qué bonito sería cobrar la nómina y que nadie nos descontara, por ejemplo, los recibos de la luz, el teléfono, el agua, la hipoteca e incluso nuestros viajes de ocio, como los del Rey. Esas ausencias, algunas veces injustificadas, en las que el Rey vuela solo al extranjero.
Entiendo que mantengan una situación estratégica en la sociedad, que contemplen desde la lejanía asuntos –tal vez lacras-, que angustian a la plebe ya que otros famosos de medio pelo parecen habitar en la estratosfera. Lo que resulta bochornoso, incluso insultante, es que anualmente se le entregue a esa familia una abultadísima cantidad económica para saciar sus más exquisitas excentricidades. No debería permitirse que ellos gasten y malgasten.
PSC luchando
Por eso no es de extrañar que aplauda la iniciativa del PSC de recoger firmas para que la Casa Real haga públicas sus cuentas, ventile en qué se funden el dinero de los españoles e inclinen la rodilla si tienen que pedir perdón. Debería ser obligación que, además de estar auditadas, esas cuentas tributaran como las del resto de mortales. No puedo creer que una familia, que luego quiere ser solamente una familia, dance de restaurante en restaurante, viajando en los mejores aviones y paladeando los caldos más caros.
Y luego la Infanta Elena se enfada porque los periodistas y reporteros se interesen por sus líos de pantalones u otros asuntos del montón. Increíble. Lo más lógico sería que las Infantas y el resto de comitiva se pasaran, una por una, por todas las casas de los españoles para agradecer, besar e incluso atender personalmente.
Qué duda cabe de que a estas alturas, somos nosotros, esos españolitos de a pie, los que permitimos y empujamos. Yo también quiero tener la sangre azul.
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Saúl Ortiz es periodista y novelista

 

 

 

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